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Editorial
Jueves 30 de marzo de 2017
Uso de fondos espejo
Con mayores competencias técnicas se pueden diseñar buenos proyectos para utilizar los recursos espejo en las regiones, y esa debe ser la prioridad de los parlamentarios que representan esas zonas...
No es necesariamente una falla el que cerca del 23 por ciento de los fondos espejo haya quedado sin gastarse, acumulando un monto cercano a los 930 millones de dólares en los seis años de su operación.
Cuando el déficit del Transantiago obligó a crear un subsidio permanente, los parlamentarios de regiones exigieron -para aprobar la ley que lo estableció- un fondo espejo de igual monto para proyectos de transporte en regiones. Se buscaba con ello una mayor simetría del gasto entre Santiago y regiones, pero sus detractores hicieron ver las rigideces que impone un fondo de ese carácter y el riesgo de estimular proyectos de transporte pese a su escasa rentabilidad social y a la existencia de otras necesidades más apremiantes en una región.
La falta de proyectos que cumplan los estándares en las regiones es lo que ha provocado este excedente de recursos, que en todo caso no pierden su destinación regional, pues se almacenan en el Fondo de Apoyo a las Regiones (FAR). Es la Dirección de Presupuestos, del Ministerio de Hacienda, la que exige una cierta rentabilidad social a los proyectos presentados para desembolsar los recursos del fondo espejo.
La falta de proyectos puede tener dos causas: que ya no queden demasiados proyectos rentables asociados al transporte o la dificultad de los gobiernos regionales para diseñar proyectos de calidad. Quienes se inclinan por esta segunda opción hacen ver la necesidad de avanzar en la tramitación de la iniciativa legal que crea una división técnica de transportes en los gobiernos regionales (GORE), para fortalecer sus capacidades técnicas en la materia.
Por otra parte, el espacio para grandes proyectos de transporte es limitado porque el MOP destina el 80% de los recursos de Vialidad a regiones. Esto explica que la calidad de la infraestructura vial regional haya mejorado mucho, reduciendo las posibilidades de impulsar este tipo de proyecto en el FAR. En consecuencia, los recursos de fondos espejo solo se pueden destinar a subsidiar el transporte público regional, proyectos de trenes, transporte escolar y conectividad de zonas aisladas. Los proyectos de trenes, que podrían ocupar buena parte de los recursos, parecen ser solo rentables como trenes de acercamiento en las grandes ciudades, como Santiago, Valparaíso y Concepción, lo que es una regionalización limitada.
Es posible que con mayores competencias técnicas se puedan diseñar buenos proyectos para utilizar los recursos espejo en las regiones, y esa debe ser la prioridad de los parlamentarios que representan esas zonas.