Tim es un niño inquieto con imaginación explosiva que no recibe muy bien la llegada del hermanito. Y cuando resulta que ese hermanito es una guagua de terno y maletín que se comporta como un altanero hombre de negocios, las cosas no mejoran en lo absoluto. Lo que esta "guagua gerente" está haciendo es salvar "la compañía" de la competencia que se disputa todo el "amor disponible": las mascotas.
Poco a poco, lo que pudo ser una entrañable historia de dos hermanos aceptándose se transforma en una aparatosa aventura que por ambiciosa termina fracasando en casi todos los frentes, y donde las usuales piruetas para divertir a los más pequeños se pelean sin mucho éxito con los guiños rebuscados para el anciano de corazón nostálgico. Y aunque el arte se siente trabajado y con atisbos de genio (como las secuencias en que la imaginación del niño se toma la narrativa), lo cierto es que el chiste de la "guagua adulta" pierde la gracia con rapidez, y el resto de las aventuras no tienen ni una sorpresa más allá de la fórmula.
"The Boss Baby". EE.UU., 2017. 97 minutos, todo espectador.