Esta vez el gorila gigante no sale de su isla y tampoco azota Nueva York ni ningún rascacielos, porque no es una nueva versión de la antigua película de 1933, sino un intento comercial de otra naturaleza.
"Kong: la isla Calavera" escarba el filón del antiguo cine japonés con monstruos como Godzilla, Mothra o Gamera y también con Superman, Frankenstein o King Kong, porque era un género que no sabía de vergüenzas propias ni ajenas.
Un tipo de películas destinadas al público infantil y poco exigente que eran recibidas con desprecio e incluso con sorna por el público adulto, y que generalmente contaban con un actor estadounidense en el reparto.
Lo de ahora es una producción distinta, pero también es cierto que los tiempos, años y categorías etarias se han modificado, y posiblemente amplificado, gracias al fenómeno de los efectos visuales y digitales que no se comparan con el cine japonés de antaño, tan poblado de miniaturas y actores burdamente disfrazados.
Los monstruos de "Kong: la isla Calavera" son varios, poseen perfección, detalle, cuidado y minucia técnica. De eso no hay duda y fue un trabajo, seguramente, de mucho tiempo ocupado y de paciencia digital.
En el resto, la elaboración fue mínima.
El argumento es de una línea: una expedición científica y militar, en 1973, explora una isla deshabitada y misteriosa en el Pacífico sur.
A los minutos descubren a King Kong y el gorila, al mismo tiempo, los descubre a ellos. El resto son nuevos hallazgos, la mayoría gigantescos: calamares, hormigas y una variedad de animales prehistóricos de diversos tamaños.
La película también funciona como discoteca de los años 70, por la rica banda sonora y porque está poblada de cámaras, grabadoras, tocadiscos y radios de ese entonces, pero también por helicópteros, napalm y las referencias a Richard Nixon.
Del reparto, algo se puede decir.
Samuel L. Jackson hace de Samuel L. Jackson, aunque en la película tiene otro nombre: coronel Packard, un héroe condecorado y comandante de una flotilla de helicópteros de asalto.
Se dice que Tom Hiddleston, que es Conrad, un ex capitán que ahora es guía y rastreador, podría ser el próximo James Bond, el agente 007. Esta película demuestra que lo suyo es el personaje de Loki, el enemigo de Thor.
Brie Larson, que recibió el Oscar a la Mejor Actriz por "La habitación", en un enorme alarde de profesionalismo o quizás por una apremiante necesidad económica, interpreta a la fotógrafa Mason Weaver.
John C. Reilly, como es habitual, interpreta a un personaje que se cree cómico.
La película, como ya se dijo, está dirigida al espectador infantil y poco exigente, pero esa categoría implica dos misterios etarios: no sabemos dónde empieza y tampoco dónde termina.
El éxito o fracaso de "Kong: la isla Calavera" puede ser una medida de esa dimensión y tamaño.
"Kong: Skull Island". EE.UU.-Vietnam, 2017.
Director: Jordan Vogt-Roberts. Con: Tom Hiddleston, Brie Larson, Samuel L. Jackson.
120 minutos. Todo espectador +7.