El primer consejo es el siguiente: mantenerse en el cine durante los créditos finales.
En ese momento, al igual que en "Sully" (2016) o en "Snowden" (2016), aparecen los personajes verdaderos de "Un camino a casa", que también se basa en hechos reales. Algo que es una tendencia en aumento, y el final es con imágenes muy recientes, porque los hechos que se narran casi se conectan temporalmente con el presente, lo que revela la ansiedad de la industria por este tipo de películas.
El comienzo, sin embargo, es en la India de 1986 y en la pobreza de Khandwa, donde el pequeño Saroo (Sunny Pawar) y su hermano Guddu (Abhishek Bharate) viven de lo básico, de la tierra y sus minerales. Ellos roban el poco carbón que pueden y su madre rasca piedras en una mina abierta.
Saroo, de apenas cinco años, se duerme, se pierde, viaja en un largo tren vacío y desciende en Calcuta, a mil 600 kilómetros de distancia de su hogar.
Durante casi 45 minutos la película está hablada en hindi y algo en bengalí, que son los dos idiomas oficiales de la India. "Un camino a casa" adquiere un cierto tono documental, por las miradas de los niños
, el horror de la multitud y el sonido de la ciudad.
Saroo tendrá intuición para huir de los adultos perversos y aprenderá a conservar lo poco que posee: un cartón y una cuchara. También aprenderá a sentir nostalgia por su hermano protector y a cuidar sus primeros recuerdos: su madre, las mariposas, una torre de agua o el jalebi y su dulzor.
Lo que viene luego es casi un intermedio, porque es lo contrario: rápido y sucinto. Adopción y viaje a Tasmania en 1987, donde lo acoge el matrimonio de Sue (Nicole Kidman) y John Brierley (David Wenham). En 1988, el niño aprende criquet. En este lapso hay otra aparición, breve y lateral, porque es un personaje secundario que aparece a retazos. Los Brierley, además de Saroo, deciden adoptar a otro niño: Mantosh.
El intermedio se extiende por 8 minutos y termina con un salto de 20 años en el tiempo, cuando surge de las aguas del mar un Saroo (Dev Pavel) sano y educado, que almuerza en un restaurante con sus padres. Brindan con champaña, están felices y eso es lo principal, lo lateral es que en la mesa hay un puesto vacío, porque la madre aún tiene esperanzas de que llegue Mantosh (Divian Ladwa), el otro hijo.
"Un camino a casa", en este punto, que en realidad es una encrucijada, tenía la opción dura y terrible de contar la historia de Mantosh, inadaptado, enfermo y destructivo.
La película esboza al personaje y le otorga un par de parlamentos, pero su única elección es por Saroo Brierley, el adaptado, instalado y protagonista de una historia con destino alentador y lacrimógeno, al que solo le falta una cosa: encontrar su lugar en la India y alguna vez volver.
La Tierra es grande, pero no hay espacio para todos.
Hay películas para los que vuelven a casa, pero no para los otros: los que no saben cómo salir.
El segundo consejo es el siguiente: llevar pañuelos desechables.
"Lion". Australia-Reino Unido-EE.UU., 2016. Director: Garth Davis. Con: Dev Pavel, Nicole Kidman, Rooney Mara. 118 minutos. Todo espectador + 7.