Amy Adams interpreta a Susan, una mujer taciturna en período de revisión autobiográfica: su matrimonio está en crisis, y el pasado le será aún más doloroso cuando reciba la novela que le escribió su ex novio (Jake Gyllenhaal), una violenta historia de venganza con más de algún paralelo con la vida "real". Tom Ford, quien saltara con éxito al cine desde el mundo de la moda con la también estupenda "Un hombre solo" (2009), se las arregla esta vez para salir airoso de una tarea aún más titánica, equilibrando dos líneas narrativas interconectadas muy distintas en su naturaleza (una es la historia de una poderosa comerciante de arte; la otra, una crónica roja de terror y venganza), pero que terminan hablando de lo mismo: no hay ganadores en el juego de la revancha. Las actuaciones son un lujo (bravo, Laura Linney), los planos estilizados son un placer, y el montaje que nunca se desinfla, la película es a partes iguales un deleite para el ojo como un trago amargo para el alma. Tom Ford, ganaste. "Nocturnal animals".
EE.UU., 2016. 116 minutos.
Mayores de 18 años.