En teoría, Oliver Stone es el mejor cineasta para llevar a la pantalla la historia de Edward Snowden, el hackerque hizo públicas las escandalosas prácticas de la agencia de seguridad nacional de los Estados Unidos. En la práctica, sin embargo, Stone está lejos del maestro narrador que tan bien explotó la "conspiranoia" en su magistral "JFK" (1993), y no consigue levantar a Snowden como un personaje digno de dos horas y cuarto de película. Su historia va desde que es suspendido del Ejército por una lesión, hasta que decide denunciar al gobierno de los Estados Unidos por su vigilancia extrema de la población mundial, intercalando innecesariamente momentos de su relación amorosa, con material de archivo y clips de prensa.
Una historia con muy pocos matices y sorpresas, con un Joseph Gordon Levitt lleno de tics que no consigue salir de la imitación, y cuyo resultado final tiene la intensidad y el drama de una entrada de Wikipedia. Y aunque el mensaje es poderoso y relevante (ni Trump se escapa de los palos de Stone), la película está lejos del impacto que tan desesperadamente busca crear. Así que a tapar la webcam, no usar tanto internet y evitar esta película.
"Snowden". Francia, Alemania, EE.UU.,
2016. 134 minutos. TE.