A estas alturas las princesas Disney son una institución en sí mismas, y esta nueva película de animación tiene todo para ganarse el corazón de las niñitas en todo el globo. Y de sus papás también, a quién queremos engañar. Cuenta la historia de Moana, la hija adolescente del jefe ("princesa" en polinésico) de una tribu isleña que jamás ha estado conforme con la vida dentro de la isla. Sus deseos de navegar los mares se cumplen cuando descubre que es la única que puede acabar con una maldición milenaria ocasionada por el carismático semidios "Maui", y junto a él parte en una trepidante aventura donde todo es color, música y emociones. Y es bien poco lo que se le puede criticar al "imperio del ratón" cuando hacen las cosas tan bien.
"Moana" es una película increíblemente bien diseñada, con el espíritu rimbombante de los musicales de antaño y con una banda sonora que llega a ser infecciosa de lo pegajosa. Con una protagonista que engrosa la lista de "princesas empoderadas que no necesitan príncipes", se trata de una película de impresionante gráfica digital pero con la sensibilidad de una película de dibujos animados tradicional, de los mismos directores que hicieron "La sirenita" (1989). Y aunque se podría hablar de "apropiación cultural" con la estética y el uso de viejos mitos y leyendas polinésicas, es el ojo y el oído del espectador el que sale ganando.
EE.UU., 2016. 107 minutos. TE.