En muchos adultos el uso de las redes sociales genera sentimientos encontrados. Se advierten las numerosas oportunidades que abren, pero se temen los efectos sobre la sociabilidad y convivencia, en especial de los más jóvenes. Ello subraya el interés del resultado que arroja la última Encuesta Nacional Bicentenario realizada por la Universidad Católica y GfK Adimark sobre el uso de las redes sociales que hacen los chilenos, en la que destaca el tema familiar como fuerte motivador de los usuarios.

En efecto, el 92 por ciento de los encuestados tiene teléfono celular y el 83 por ciento conoce alguna de las redes sociales. De estos últimos, la mayoría usa WhatsApp y Facebook especialmente para comunicarse con familiares y amigos. Este dato es muy significativo al analizar el comportamiento de los chilenos en referencia a sus relaciones interpersonales. Ante los vaticinios apocalípticos de algunos análisis sobre el aislamiento que produciría -paradojalmente- el uso de las redes sociales, el dato mencionado muestra que, por el contrario, las plataformas disponibles pueden ser una herramienta útil para la cohesión de grupos familiares que, por la premura y dispersión de la vida moderna, tienen dificultades para mantener vivos los vínculos.

Así como en otra época se vio en el teléfono una amenaza para las costumbres, lo que el tiempo terminó por desmentir, hoy se ha hablado incesantemente de los perjuicios que pueden traer las redes sociales. El uso de tecnologías no es más que un medio, y por lo tanto determinados comportamientos se darían con o sin ellas. Un adolescente encerrado en su pieza con el celular y comunicándose con sus pares no es diferente del niño que hace unas décadas hablaba por teléfono, o, más antiguamente, que a solas escribía cartas. No son las redes sociales las causantes de tales conductas, que tendrían simplemente una manifestación distinta.

El fenómeno de las redes sociales se encuentra bajo escrutinio en muchas dimensiones, los especialistas aún no han llegado a conclusiones definitivas sobre su impacto, y su evolución es tan dinámica que hace muy complejo su estudio.

En materia informativa, es interesante observar que pese al uso de las redes para enterarse de acontecimientos, solo el 37 por ciento de los encuestados considera que ellas le proporcionan información confiable. Revelador es el hecho de que 66 por ciento de los chilenos encuestados considere que las personas se exponen demasiado a las críticas en las redes, y 61 por ciento piensa que los usuarios no se muestran tal como son en la realidad. Hay una conciencia, entonces, de que las redes no son la panacea o que reemplazan al cara a cara, donde ocultar rasgos de personalidad es más difícil.

Los datos de esta encuesta ayudan a la comprensión de un fenómeno relevante de la vida actual, y, en el caso de los hogares, sin sacar conclusiones anticipadas, se puede ver que, bien conducido, puede ser un aporte al núcleo familiar. En la medida que los padres compartan en estas redes con sus hijos a temprana edad podrían influir en el buen uso y manejo de esta herramienta, desarrollando una cultura en torno a la participación en el espacio cibernético.