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Editorial
Viernes 02 de diciembre de 2016
Para conocer la realidad empresarial
La celebración de Enade es una inmejorable ocasión para presentar la acción de las empresas, sus proyectos y su trascendencia nacional, y eso debería aumentar su presencia en la programación del encuentro....
Con la participación simultánea de dos jefes de Estado -la Presidenta Bachelet y el Presidente Kuczynski del Perú-, del ex Presidente Piñera y otras figuras importantes del mundo político, destacados expositores y unos 1.200 asistentes, se celebró con gran éxito la Enade, el encuentro anual de la empresa. El evento -inaugurado por el titular de Icare, Juan Benavides- recuperó así la relevancia de versiones anteriores en cuanto a ser el reflejo de la realidad empresarial y el foro donde airear las principales inquietudes de quienes llevan las riendas de la producción en el país.
La preocupación principal fue política. Nadie la expresó mejor que Alberto Salas, el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio: "No hay otro factor que represente un riesgo tan significativo para el desarrollo de Chile como la política", sentenció, agregando que "ningún país ha alcanzado el desarrollo sin crecimiento económico", que "necesitamos de buenos políticos y buena política" y que nos hace falta "más mercado y mejor Estado". Quien así claramente lo entiende es el mandatario peruano, que -utilizando un lenguaje sencillo y directo- describió los esfuerzos que ha emprendido su gobierno para destrabar las grandes inversiones, formalizar a las pymes y rebajar los impuestos. En comparación, el discurso de la Presidenta Bachelet, aunque planteó una visión realista, resultó menos motivante. En el panel de los actores políticos nacionales abundaron las críticas al actual gobierno y escasearon los planteamientos concretos de cómo sacar al país adelante. El ex Presidente Piñera arrancó aplausos al refrendar su convicción en la importancia del crecimiento y que será necesario rectificar las controvertidas reformas del Gobierno para remontar lo que calificó como "un tropiezo" en nuestra marcha al desarrollo. La ex ministra y ex parlamentaria Mariana Aylwin concordó con ello al señalar que "despreciar el crecimiento es una expresión de populismo y antesala del estancamiento" y -aludiendo a la Presidenta- alertó sobre el riesgo de "volver a las reformas de los 60 o 70" a propósito de los cambios que el Gobierno impulsa. El ex ministro y precandidato socialista José Miguel Insulza, aunque justificó la agenda gubernamental como una "transición entre un proyecto nacional exitoso -pero agotado- y un nuevo acuerdo", se planteó recuperar la "confianza social", hoy muy disminuida. El evento no consideró un tiempo para preguntas del público, pero es seguro que los empresarios presentes habrán querido conocer no solo el diagnóstico de nuestros problemas, sino también su remedio.
Además de servir de instancia de debate sobre las políticas públicas, el encuentro es una inmejorable ocasión para presentar la acción de las empresas, sus proyectos y su trascendencia nacional. De ello hubo poco. Aunque se discutió el interesante caso de la expansión internacional de Copec, las oportunidades que se visualizan en el país o en el extranjero en materia de interconexión eléctrica, riego, infraestructura física, economía digital estuvieron más bien ausentes. Tampoco fueron destacados el desafío de la productividad en la minería u otros sectores, el ímpetu innovador de los jóvenes emprendedores o los avances todavía tenues en la asociación de empresas y universidades para el desarrollo científico y tecnológico. A futuro, Enade debería contemplar esas y otras muestras de la actividad económica y social de las empresas, así como motivar la participación o asistencia de más personeros del mundo intelectual. En parte el desprestigio que aqueja a los empresarios se nutre de un simple desconocimiento de la realidad empresarial, que ellos parecen no esmerarse en remediar.