Lo que hay acá es una película de fórmula y que sigue al pie de la letra lo que dice el manual para hacer una biopic: vemos a Roberto "Mano de Piedra" Durán en versión niño de la calle, luego su ascenso merced de su talento en el boxeo, al mismo tiempo que surge su gran amor y, sin duda, está también la lucha en el ring por el título mundial. Edgar Ramírez, Robert De Niro y el elenco están de lujo en un escenario que no se sale de lo esperable y que tiene el oficio del producto bien terminado y con una correctísima dirección de fotografía del chileno Joan Miguel Littin. Entonces, "Manos de Piedra" es una película biográfica didáctica, que no se sale de madres y que sigue la ruta establecida del género, aunque había material y fondos para hacer algo más ambicioso en términos artísticos. Pero sumando y restando, esta es una cinta que desarrolla su plan de golpes de manera cumplidora: están el 1, 2, 3 a un lado y al otro, el gancho izquierdo y el derecho, pero sin sorpresas. Lo que queda es una recomendable historia sobre el promedio hecha por latinos en su médula central -director, Jonathan Jakubowicz, y protagonista, Ramírez, son venezolanos-, pero con la vestidura y códigos del cine de género de Hollywood. Es una mezcla más que interesante y una pista para comenzar a seguir la hebra de este "team" formado por hispanoparlantes y De Niro en el futuro.
"Hands of Stone". Drama/biografía. EE.UU./Panamá, 2016. 111 minutos. T.E.+7.