Es verdad: quien llega a La Burguesía a las 13:00 horas debe esperarse parado, porque esta sandwichería de calle Santa Magdalena se llena a diario. ¿La razón? ¿Será que su comida es mala y el servicio peor? Ja. Desde que abrieron hace unos años, y ahora con una reciente ampliación y enchulado, cuentan con un público fiel que es atípico en su materia: aquí se ven tantos hombres como mujeres. Y eso que su vocación no es muy diet que digamos.
En fin. Atención grata e informada al máximo, consultando por el grado de cocción de las hamburguesas hasta que quede todo claro. La carta es lo suficientemente variada como para dar con distintos gustos, destacando su clásica vegetariana de falafel, con berenjenas grilladas y tomates confitados ($6.000) y la debutante hamburguesa de porotos negros a la mexicana, la veggicana ($6.000) que está de pelos, con champiñones varios, cebolla grillada, chimichurri de jalapeños (un GRAN invento, sabrosísimo y no tan picante), crema ácida y tortilla de maíz molida encima, junto a un pote de guacamole.
De entre las cárneas clásicas, sigue imbatible la de pera caramelizada, queso azul y tocino crocante ($6.000) y otra de las novedades, la mexicana ($7.000), que viene con lo mismo que la veggicana, pero con su buena carne molida a punto en este caso. Y ambas con papas fritas en abundancia.
Se puede optar de una variada e interesante lista de cervezas, con apuestas como las magníficas Ballast point (algo caras, pero lo valen). Para partir, hay unos nachos de los reales, con harto queso, chile con carne, cebollín, tomate y crema agria. Una gorda espera. Y entre los postres, dejando para la próxima vida un ¡tiramisú de Nutella!, se recomienda un postre inglés, el banofee pie ($3.900), con plátano y manjar sobre masa quebrada. Tan dulce que pedía a gritos un expresso que no había. Pero bueno, el corazón estaba tan contento y la guata tan llena que fue un puro detalle. No por nada el lugar seguía lleno al irnos.
Santa Magdalena 99, 2 2231 3407.