Es inusual encontrar una película chilena donde el director o directora realmente quiera a sus personajes y les profese simpatía e intente comprenderlos sinceramente, y sin excepciones: a los unos y a los otros.
A los personajes, pero también a la sociedad donde habitan, y eso incluye barrios y paisaje, ritos sencillos, costumbres familiares, rutinarias y amistosas.
A "Rara" le gusta Chile y evita el peso de la noche, no arrastra las patas, se aleja de la oscuridad existencial y huye del cinismo. No es amarga ni doliente, y tampoco esconde la ambición de dar lecciones y releer a la sociedad de punta a cabo.
Pepa San Martín, la directora, filma con afecto el lugar donde sucede: Viña del Mar, aunque no es Nueva York, como bien dice un personaje; aunque solo Nueva York es Nueva York y habrá gente en el mundo, como es lógico, a la que tampoco le guste Nueva York.
La película cuenta una injusticia que nace desde una provincia conservadora, lejana y temerosa, pero lo hace con humor, encanto y sabiduría.
"Rara" se inicia con un largo travellingque sigue las espaldas de Sara (Julia Lübbert), una adolescente silenciosa y de pocas risas, porque la película asumirá su punto de vista y entiende sus vergüenzas y acoge su desconcierto frente a una familia que no es tradicional: su madre Paula (Mariana Loyola), una jueza, y su pareja Lía (Agustina Muñoz).
A Julia le cuesta comprender lo que aún no le preocupa a su hermana menor, Catalina (Emilia Ossandón), pero observa y escucha desde la distancia el amor entre las mujeres.
Y lo que le pueden comentar en el colegio, su padre o una sicóloga, algunos con prudencia, otros con recato y también con mala intención.
"Rara" vislumbra con claridad la tensión del mundo adulto, porque no es una película ingenua ni inocente, pero simplemente la contiene y no la hace explotar.
Es fugaz, pero honda y violenta, la mirada resentida y odiosa del padre (Daniel Muñoz) frente a Lía, la mujer que vive con su ex esposa.
Los modos y consejos de un profesor son amables y cercanos, pero al mismo tiempo sibilinos y malignos.
En la rabia y reclamos de su madre Paula, se conserva intacto lo que pudo ser su matrimonio: un infierno.
El mundo adulto y sus prejuicios, la dura ideología y los caminos judiciales, están presentes y se presienten, pero las protagonistas son Julia y, un poco, Emilia, y en ellas se inicia el discernimiento.
Eso es lo relevante. Esta no es una película sobre el viejo mundo, sino sobre el nuevo.
Desde el travellinginicial por las espaldas de Julia a los primeros planos con sus dudas, y la cámara que la sigue, protege y cobija. A las dos hermanas, a la adolescente y a la niña. A esas dos jóvenes que sabrán distinguir, y por eso son las protagonistas y su mirada es la que cuenta. Hacia adelante está el futuro y les pertenece.
Y por eso "Rara" es luminosa, divertida, optimista y tiene la osadía de ser feliz: algo raro de ver en el cine nacional.
Chile, 2016. Director: Pepa San Martín.
Con: Julia Lübbert, Mariana Loyola, Emilia Ossandón.
85 minutos. Todo espectador + 7.