¿Quién es el entrenador del momento? Mario Salas, qué duda cabe. Se encontró con el título de campeón, pero su campaña en el actual torneo habla de un director técnico en plena ejecución de sus ideas. Unos resultados lo expresan mejor que otros, pero lo central está.
¿Y quién es el entrenador que viene? Son dos. Miguel Ramírez y Nicolás Córdova. San Luis y Palestino no disponen de planteles deslumbrantes, pero los dos equipos reflejan ideas muy precisas que se extraen del discurso de ambos y de lo que luego se ve en la cancha.
Los que despiertan mayor inquietud son Víctor Hugo Castañeda y Luis Musrri, apremiados por un compromiso no menor, acuciante, y que sin embargo puede llevarlos al título. Son una dupla.
No me gustan las duplas técnicas. No sé de nadie a quien le gusten, aunque pareciera que a Musrri sí le gustan ("tenemos las mismas responsabilidades", "no estoy para decirle que sí a todo lo que proponga Víctor Hugo"). Recuerdo las duplas técnicas de Luis Vera y Raúl Pino (en 1971, con vistas al Mundial de 1974, al que llegó finalmente Luis Álamos), de Waldo Sanhueza (dirigente de Colo Colo) y José Luis Boffi (en un partido de preparación al Mundial de 1950) y de Francisco Platko y el mismo Sanhueza en seis partidos preparatorios también para ese Mundial.
Hoy ya no hay dirigentes en dupla en ninguna banca, pero se equivocan igual o peor, pues designan duplas. Si Carlos Heller erró dramáticamente con Sebastián Beccacece, aquí yerra de nuevo, aunque llegue a un buen resultado numérico. Personalmente, le he comprado de todo a Heller, desde herramientas eléctricas a barras para cortinas, pero la dupla no se la compro ni a precio de liquidación. (No significa que me cambie a comprarle a Horst, pero en una de esas...).
Castañeda (que siempre, cuando jugador, pareció tener las hechuras de técnico) y Musrri tienen conocimientos, experiencia y sentimiento azul (lo que parece ser técnicamente importante, al decir de varios protagonistas). Hay, con todo, dos posibles reparos: que su experiencia es con equipos de dimensión escasa y que el plantel azul, por bueno que sea, no lo formaron ellos. (Lo formó su antecesor, cuya idea nadie alcanzó a conocer).
¿Y Pablo Guede? Según cómo le haya ido anoche y cómo le vaya el domingo en el superclásico, sus días en Macul podrían contarse brevemente. No tengo nada contra él por la ruda, pues cada uno puede tener las creencias que quiera. (Yo tengo algunas que me comentaron en mi más tierna infancia y que solo son unas fábulas increíbles. Más extremas que las del economista Garay). Pero, más allá de las creencias de Guede, el equipo anda como la mona. No le encuentra la vuelta y algunos de sus "estelares" vuelan bajísimo. ¿No se entiende lo que dice Guede y hay que hacerle el Simce de Lenguaje oral (cuando exista) al plantel?
El próximo lunes vamos a estar más claros.