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Cartas
Domingo 25 de septiembre de 2016
Políticos de inspiración católica
Señor Director:
Por la validez actual de unas pasadas afirmaciones de dos políticos de inspiración católica, traigo a colación dos anécdotas de ellos. Eran contemporáneos entre sí.
En abril de 1968, los obispos católicos de Chile habían publicado una carta pastoral sobre el acontecer político. La titularon con una genial expresión mistraliana: "Chile, voluntad de ser". A sectores de la derecha les suscitó críticas reflexiones. Para intercambiar sobre este parecer, invitaron al obispo Enrique Alvear y a tres acompañantes. Pude ser uno de ellos. El encuentro fue en la casa de Sergio Fernández Larraín (donde hoy tiene su sede el Instituto de Chile). La conversación fue muy libre y, a ratos, apasionada, pero siempre muy correcta.
Hacia el final, quedé junto al destacado senador Francisco Bulnes Sanfuentes. Me hizo una franca confidencia: "Mi familia era de tradición liberal, pero yo no seguí esa corriente. Al decidirme por el servicio público, entré a participar en el Partido Conservador. Esto implicó una clara decisión moral de mi parte. Se afirmaba entonces que un conservador nunca llegaría a ser Presidente de la República, y que un liberal sí podría. Así fue como puse, lúcidamente, un límite a mi carrera política. Lo hice en conciencia, por ser yo un católico militante".
El otro político, que ahora creo oportuno citar, es don Eduardo Frei Montalva. Eran los tiempos del gobierno militar. Lo topé casualmente en la calle Ahumada, casi esquina con Huérfanos. Un sol invernal caía entre los edificios. Después de los saludos, inquirí: "¿Cómo está su partido, don Eduardo?". Respondió con un tono algo seco: "Mire, padre, no me interesa tanto cómo está mi partido. A mí me importa más saber cómo está mi Iglesia. Los demócratas, y sus partidos, no fundan ni refundan iglesias. Pero sí las iglesias cristianas pueden inspirar, una y otra vez, a laicos para que proyecten la ética social del Evangelio al quehacer político de una patria". Nos despedimos. Yo volví a mis asuntos cotidianos, cavilando, y después orando con una cierta angustia interior, que me ha vuelto a saltar en este septiembre de 2016.
P. Joaquín Alliende L.