La productora Laika ("Coraline", "Para Norman") es experta en dos cosas: primero, en llevar el arte de la animación cuadro a cuadro a límites insospechados, y segundo, en dejarnos a todos boquiabiertos con los resultados. "Kubo y la búsqueda samurái" no es la excepción, y desde sus primeros momentos promete una historia que es un completo deleite para el ojo, donde el único peligro es agotar la capacidad de asombro durante el metraje. Cuenta la historia de Kubo, un niño que debe enfrentarse a un espíritu del pasado, y como buen guerrero oriental librará batallas no solo cuerpo a cuerpo, sino también consigo mismo y su propio pasado. Sin caer en ninguno de los vicios del cine de animación actual, consigue momentos que no se pueden describir de otra forma que no sea usando la palabra "magia". Y aunque los más pequeños probablemente se distraigan y no disfruten tanto de su historia llena de capas sin personajes secundarios chistosillos, los más grandes querrán tener otro par de ojos para no perderse ningún detalle.
"Kubo and the two strings". EE.UU., 2016. 101 minutos, todo espectador.