La sombra del original sobre este remake es muy grande, porque la huella de la cinta de 1959 es grandilocuente y canónica. El Technicolor, la música con personalidad de Miklós Rózsa, la dirección de William Wyler y la expresión heroica de Charlton Heston como Juda Ben Hur salen a colación a cada momento en esta pálida versión del director ruso Timur Bekmambetov: un hombre con la sensibilidad de un elefante pisando huevos, que nos dio en 2012 la desastrosa "Abraham Lincoln cazador de vampiros". Este "Ben-Hur" no es desastre precisamente. Jack Huston como el príncipe judío cumple, y más el villano Messala Severus, interpretado por Toby Kebbell, porque hay más espacio para comprender su resentimiento y búsqueda de la gloria en las filas del imperio romano. También está la carrera de los carruajes en el circo romano, pero, 57 años después, los efectos especiales hechos a mano y la tecnología análoga siguen siendo mejores que lo visto en esta nueva versión. Este "Ben-Hur", al final, sirve para apreciar una buena historia, porque se cuenta básicamente casi lo mismo. Pero, sin duda, los componentes y factores que forman el producto fueron mucho mejor usados en 1959. Drama. EE.UU., 2016. 124 min. T.E.