"Colonia Dignidad" es poco exigente, liviana y una película que ni siquiera intenta abordar el caso y sus ramificaciones densas, complejas e incrustadas en la sociedad chilena durante casi medio siglo.
La película evita lo más arduo e intrincado, porque no están las preguntas que importan y cuesta responder, y así el universo se simplifica al máximo.
"Colonia Dignidad" no enfrenta un caso que durante más de cuatro décadas tuvo el apoyo del Estado y el elogio de las autoridades, porque era un apéndice benefactor para el paisaje nacional, con su orden, tranquilidad y empresa, hospital ejemplar, magnífico coro y excelencia gastronómica.
La película toma un atajo y se concentra en los vasos comunicantes con el Golpe de Estado y los meses posteriores, cuando el miedo, la violencia y la pudrición avanzaron como plaga.
Con esa fórmula la historia se hace incompleta, pero simple. Rudimentaria y básica, pero fácil de entender. Y así la película pierde peso y termina como un best seller resumido en edición de bolsillo. Y los personajes, por lo tanto, necesitan lo mínimo y con un par de líneas gruesas y notorias basta y sobra.
En Paul Schäfer (Michael Nyqvist), por ejemplo, no hay nada cautivante ni perverso, nada ambiguo ni seductor. Es un capataz violento, bruto y comerciante, con una mala costumbre: le gustan los niños del coro. Es alguien que de la primera a la última escena tiene un cartel invisible en la frente, y además con letras de molde, para subrayar lo evidente: es el malo.
Y bajo esa araña negra y su nido también negro, obviamente, la mejor presa son dos jóvenes buenos e idealistas, para que nadie se pierda ni confunda.
Lena (Emma Watson), azafata de Lufthansa, aterriza el 8 de septiembre de 1973, con el fin de reunirse con su novio Daniel (Daniel Brühl) y quizás convencerlo de que vuelva a Alemania, porque el joven llegó en mayo y se encantó con el proceso político de la Unidad Popular.
En el tercer día y a la hora del desayuno, escuchan la radio, suena el teléfono y Daniel no quiere responder, porque supone que es su madre pidiéndole que salude a su papá, con el que no se lleva bien, pero está de cumpleaños el día 11. Lena insiste, un poco lo reprende y por eso descuelga, responde y así se entera del Golpe de Estado.
Ese mismo día, pero al atardecer, terminan golpeados y demolidos en el Estadio Nacional, donde un encapuchado denuncia a Daniel, que parte preso rumbo a Colonia Dignidad, un destino desconocido tanto para él como para Lena. Y la azafata, apenas queda en libertad, prepara un arriesgado viaje al sur del país, para intentar un rescate que parece imposible.
La película es menor si se la mira como un thriller policial.
Si se la encuadra exclusivamente como denuncia política, también.
Y si esthriller policial y al mismo tiempo denuncia política, en ese caso, no hay que engañarse: sigue siendo una película menor.
"Colonia". Alemania-Luxemburgo-Francia. 2015. Director: Florian Gallenberger. Con: Emma Watson, Daniel Brühl, Michael Nyqvist. 110 min. Mayores de 14.