Desde la gran boda griega anterior: ¿Vivieron felices para siempre? La verdad es que sí. Han pasado catorce años, y la numerosa familia gritona se dedica hoy a avergonzar a la hija adolescente de Toula (Nia Vardalos). Al mismo tiempo, sus ancianos padres descubren que, por un tecnicismo, su matrimonio nunca ha sido legal, precipitando una crisis familiar que los lleva a organizar el evento titular. Los desmadres y el griterío no se hacen esperar, en una historia cuyo principal tema es la "vejez", con matrimonios longevos, hijas adolescentes que quieren emprender el vuelo, y romances aplastados por la rutina. Suena muy bien, pero todo tiene la profundidad y el carácter episódico de una sitcom. En sus mejores momentos saca sonrisas, y en sus peores dispara la vergüenza ajena a niveles explorados solo por Adam Sandler. Si le tiene cariño a los personajes, probablemente la disfrute, pero lo cierto es que se trata de una secuela innecesaria y sin mucho que contar, comprobando una vez más el viejo adagio sobre el destino del chiste repetido.
"My big fat Greek wedding 2". EE.UU., Canadá, 2016. 94 minutos. T.E.