El sol, las playas, el surf en las olas tibias de California, tuvieron en los 60 su correlato musical en The Beach Boys, esos chicos muy Los Angeles, con sus bellas armonizaciones vocales y canciones llenas de vitalidad.
Puro California Sound.
Pero tras el aparentemente simple sonido "oreja" de hits como "Surfin' U.S.A." había un músico poderosamente dotado de talento, creativo e inspirado: Brian Wilson.
"Love & mercy" es su biopic (película biográfica), un drama intenso y brillantemente expuesto, que descorre el velo tanto de la genialidad del creador en acción como del ser humano, un niño maltratado por su padre y un adulto tiranizado por su propio terapeuta.
Paul Dano y John Cusack (en, sin duda, su más entrañable desempeño desde "Alta fidelidad") interpretan de manera sólida y convincente al músico de joven y de adulto, respectivamente.
La película es como su vida: una mezcla de éxito y dolor, con momentos maravillosos de éxtasis creativo, como fue la composición y grabación de "Pet Sounds" o su cima musical: "Good Vibrations". Para lograr mostrar esto último, el director Bill Pohlad optó por contratar músicos auténticos en lugar de actores, consiguiendo algunos de los momentos más alucinantes del filme.
Son sus polémicos años de gloria como autor, aunque su sádico y descalificador padre continúe a su lado como un despótico mánager.
Luego Brian se hundiría en su infierno, donde sus trastornos mentales se mezclarían con el abuso de alcohol y drogas. Y encima, lo más dañino de sus padecimientos: la tiranía y abuso que ejerció sobre él su terapeuta, el Dr. Landy (Paul Giamatti, otra de las magníficas actuaciones de esta película), que de alguna manera repitió lo que el padre de Brian había hecho con él.
Totalmente aplastado por la sobremedicación y la manipulación de que es objeto, Wilson es, en esta terrible etapa, como un niño temeroso, sin vida, anulado en su creatividad, sepultado su talento.
Hasta que conoce a Melinda (Elizabeth Banks). Una guapa vendedora de autos Cadillac que jugará un inesperado rol salvador para el sometido Brian.
Este 2016, a sus 73 años de edad, Brian Wilson prepara una gira de celebración de los 50 años de "Pet Sounds", un controvertido disco cuya relevancia en la historia del rock fue tardíamente reconocida. El año pasado Wilson lanzó su álbum número 11 como solista y para octubre anunció la aparición del libro "I am Brian: A Memoir", donde profundizará sobre lo que muestra "Love & mercy".
Se han hecho muchas -y muy buenas- películas sobre el lado B de exitosos artistas, sobre todo rockeros que cargan con un pasado duro y luego se pierden en adicciones de las que no todos salen vivos o más o menos bien parados.
La historia de Brian Wilson resulta singular, no solo por el contraste entre lo que proyecta la música de los primeros álbumes de The Beach Boys -vital, luminosa, tarareable- y ese lado oscuro y tortuoso de su creador, sino también gracias en buena parte a todo el talento de Bill Pohlad para narrarla cruzando pasado y presente.
Hay una aproximación intimista y una interpretación llena de veracidad y sin aspavientos de los trastornos psíquicos del protagonista. Pero a la par, e incluso sobre ello, luce vibrante el goce de la creación, el proceso artístico con todo su esplendor y sudor.
Y a fin de cuentas, "Love & mercy" es también una gran y bella historia de esperanza.
(En Fílmico. Paseo Las Palmas).