Después de doce películas ganándose a los fans con su universo cinematográfico, Marvel tira toda la carne a la parrilla con la película que enfrenta a sus más populares protagonistas, Iron Man y el Capitán América, en una pelea que aterriza toda la destrucción que hemos visto en cada entrega. Alguien tiene que responder por el daño, y el gobierno propone regular a los superhéroes. Un culposo Iron Man decide acatar las reglas, pero el Capitán América cree que esas reglas vendrán de intereses creados, y así. Obviamente no están solos, y cada uno cuenta con su respectivo bando formado por los coloridos personajes que nos han enseñado a querer. Están Black Widow (Scarlett Johansson), Hawkeye (Jeremy Renner), Ant-Man (Paul Rudd) y Vision (Paul Bettany), además de los recién llegados Black Panther (Chadwick Boseman) y Spider-Man (Tom Holland), entre muchos otros. Básicamente, todo el pasillo de juguetes del supermercado, en una historia construida a base de momentos, que pese a la sobrepoblación se siente sencilla y preocupada de una sola cosa: hacer interactuar a su galería de atractivos personajes dándole a cada uno la oportunidad de brillar. Más que una historia redonda que nos lleva por un viaje satisfactorio, "Civil War" funciona como un zapping-metralleta de momentos que parecen "trailers" de sus respectivos personajes, viñetas que dejarán a todos contentos esperando más películas, y con un ritmo capaz de mantener interesado al récord mundial del déficit atencional. Hay heroísmo, acción espectacular y one-liners para llenar una sitcom, pero no hay más que esto tampoco. Pero eso no le importa a nadie cuando una batalla solo puede describirse con onomatopeyas y frases del tipo "¿Vieron a ese Spider-Man peleando con el Winter Soldier? ¿Y qué me dicen de Ant-Man dentro del traje de Iron Man? ¡¿Y a Black Panther cuando hizo eso?!". Disney/Marvel dio con la gallinita de los huevos de oro, y este huevito en particular brilla como ninguno. Sin duda los va a encandilar a todos.
"Captain America: Civil War". EE.UU., 2016. 142 minutos, todo espectador.