"Gringo rojo"
La figura del extravagante rockero estadounidense Dean Reed, atraído por las ideologías socialistas en Chile y América Latina en plena Guerra Fría, es el foco de este documental de Miguel Ángel Vidaurre, que tiene el gesto de arrojar foco sobre un personaje único y raro. "Gringo rojo", así, arranca y bien, pero a poco andar la profundidad y aristas básicas por cubrir (mayor historia y biografía, más entrevistas) no se cumplen como uno esperaría. Con una voz en off discreta que conduce la historia, y que riza el rizo a falta de información dura y hechos, este documental es una foto de un momento que fue (la UP, el Chile de los 70 y algo de los 80), pero deja solo a su personaje principal, recortado débilmente y cantando casi siempre en imágenes de archivos -un mérito del documental- y en trozos de películas, como la rara "El cantor", el homenaje de Reed a su amigo Víctor Jara. Vidaurre, el director, cumple el plan básico; es decir, se presenta al personaje, algo de contexto y se subraya lo raro y único del caso. Un gringo rockero, pero rojo y de poncho. Lo que pasó por su vida, cabeza, la evolución e hitos que lo llevaron a ser lo que fue no se asoman y, así, desaparece la oportunidad de una gran cinta documental y queda solo la anécdota y el título que vende. En todo caso, con lo que hay, no deja de ser una historia curiosa y con fuerza para cautivar.
Documental. Chile. 2015. 75 minutos. T.E."No molestar"El personaje del comediante francés Christian Clavier ("Los visitantes", "Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?") en el cine es justo y comedido para estos propósitos: medidas gruesas y caricatura a la carta; pero todo el combo sirve para reírse -y con algo de clase- de la corrección política imperante en nuestros días. Clavier es en esta película un dentista que sólo quiere escuchar un disco extraño y recién adquirido de jazz, y para eso trata de reservarse una hora sólo para él. Meta imposible de concretar; sin embargo, es interrumpido por su mujer, por su asesora del hogar, por sus vecinos, y sus reacciones comedidas y respetuosas van escalando y mutando hacia la zona de la rabia y la ira contenida. Esa tecla pasiva-agresiva de Clavier, de un tipo tolerante que de pronto ya no quiere seguir tolerando más, es quizás la clave que explique su conexión con las masas. "No molestar" es una comedia chica, pero cumplidora, y un ejercicio de vigencia para un gran director como Patrice Leconte ("Ridicule"), quien con un material pedestre puede hacer una comedia digna.
"Une heure de tranquillité". Comedia. 2015. 79 minutos. T.E.
"A war, la otra guerra"
Contendora en la carrera por Mejor Película Extranjera del Oscar, esta producción danesa marcha a la guerra de Afganistán sin el hedor patriotero de Hollywood ni la división entre buenos y malos. Estudio de personajes afilado y peligroso, pese a su aparente discreción estética (en el fondo es un pequeño relato de grandes resonancias éticas), este es el registro del comandante Claus, un buen hombre que trata de seguir el mandato de su misión con el mayor de los recelos morales, pues él y sus hombres son guardianes del orden en un territorio salvaje, sin Dios ni ley. Lo sabio del guión y dirección de Tobias Lindholm (escritor de "La cacería") es que invierte ese alto mandato moral, juega con la idea paternalista de superioridad occidental y pone en tela de juicio el accionar de estos soldados en territorio talibán cuando una misión sale mal. Muy inteligente reflexión sobre las barreras, flexibles y movibles por lo demás, entre lo correcto y el crimen, "A war, la otra guerra" es del escaso y notable cine danés que llega a nuestras carteleras. A verla, sí o sí.
"Krigen". 2015. Dinamarca. 115 minutos. T.E.