Señor Director:

En una crónica presentada el día viernes sobre la restricción vehicular, las autoridades presentan una serie de cifras que indicarían un ahorro de más de dos mil millones de dólares como consecuencia de esta política. En la misma nota aparece el subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena, afirmando además que la restricción vehicular es "progresiva", porque en Las Condes se usa más el auto que en Cerro Navia.

En primer lugar, no quedan para nada claros los supuestos que se consideran para la estimación de estos más de dos mil millones de dólares de beneficios. Pero de ser así, entonces no se entiende por qué no aplicar restricción vehicular de cuatro o seis dígitos en lugar de dos, y duplicar o triplicar así estos millonarios beneficios. Creo que algo no está bien en ese cálculo.

En segundo lugar, la restricción vehicular es regresiva, ya que en el corto plazo no afectará a los más ricos y sí les mejorará su movilidad, pues seguirán usando auto, pero en calles menos congestionadas. Los más pobres, en cambio, se verán obligados a usar una alternativa inferior, y a comprar un nuevo auto en el mediano plazo. Así lo ha señalado un destacado profesor PUC en la misma crónica, y muchos otros especialistas.

Podemos concluir que cuando las autoridades desean justificar sus ideologías, son capaces de afirmar cualquier cosa.

Louis de Grange C.
Doctor en Transporte, UDP