Antaño, Cuaresma era tiempo de ayuno y abstinencia: se disminuía, drásticamente, la cantidad de lo que se comía. Un abuelo de la Ruperta quiso, un buen día de ayuno, seguir al pie de la letra las cantidades que se permitía comer de cada cosa: tantos gramos de esto, tantos de lo otro. Ordenó el almuerzo con estas cantidades y, sentado a la mesa, no pudo, a pesar del entusiasmo con que atacó, despachar ni la mitad...
Era, claro, una reducción de lo que se comía normalmente: inmensas cantidades tragadas con apetito realmente voraz, con una gazuza que hoy nos resulta incomprensible. En el siglo XVIII, el arzobispo de París se sentó, un día de Cuaresma, a la mesa, provista de los siguientes instrumentos penitenciales: 4 grandes salmones frescos, 10 grandes lenguados, 12 langostas, 25 kilos de carne de ballena, 200 ventrescas de bacalao, un canasto de choros, 8 sábalos frescos, 18 truchas de 40 centímetros, 17 esturiones, 62 carpas, 18 lampreas, 200 grandes camarones de río, 200 arenques blancos, 200 arenques secos, 24 salmones en salazón, 18 rodaballos, 3 fuentes de pejerreyes y 600 ranas. Suponemos que Monseñor habrá invitado unos cuantos canónigos a practicar con él la abstinencia.
En nuestra vecindad hay, también, modos inverosímiles de negarse a sí mismos. En el Ecuador, el plato típico de Viernes Santo es la fanesca, cuyos ingredientes incluyen 500 gramos de bacalao, 6 huevos duros, 20 gramos de ajo, 300 gramos de maní, 50 gramos de chochos (semillas de lupino, como garbanzos), 50 gramos de arvejas, 50 gramos de sambo (un zapallo verde), 50 gramos de repollo, 50 gramos de garbanzos, 50 gramos de porotos rojos, 1 puñado de tiras de ají, 2 litros de leche, 200 gramos de queso fresco, 200 gramos de cebolla, 1 cucharadita de comino, 50 gramos de choclo desgranado, 50 gramos de habas peladas, 50 gramos de ollucos (un tipo de tubérculo), 50 gramos de zapallo, 50 gramos de lentejas, 50 gramos de porotos granados, 1 taza de crema, orégano, achiote, comino, sal y unas gotas de agua de las monjas tales y otras de las monjas cuales (que ayudan a indulgenciar el guiso). Este se guarnece con empanaditas o masas fritas y una cantidad inespecífica de chifles (rebanadas finas de plátano frito). Solo en gramos hay 1,8 kilos de ingredientes.
Cáteme aquí, Madame, cualquier día, este buen plato provenzal, sobrio, de vigilia.
Tagliatelle "au pistou"
Ase 1 tomate 10 min. en el grill. Machaque unos granos de pimienta con el uslero. Aplaste y pele 4 dientes de ajo. Lave un puñado de albahaca fresca; píquelo. Ponga en la juguera albahaca y ajo. Hágalos pomada. Agregue 100 gr. parmesano, el tomate pelado. Con esto y aceite de oliva, haga una salsa, como mayonesa. Pimienta machacada, sal. Cueza al dente 400 gr. tagliatelle. Escúrralos. Agrégueles un chorrito de aceite de oliva y el "pistou". Revuelva. Comen 4.