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Editorial
Viernes 08 de enero de 2016
Regreso de embajador
Con razón, integrantes de las comisiones de Relaciones del Senado y de la Cámara de Diputados han reclamado por los agravios del gobierno peruano y cuestionado el regreso del embajador chileno a Lima...
Polémica ha provocado el anuncio del regreso a sus funciones del embajador de Chile acreditado ante Perú, después de una sucesión de eventos agraviantes para nuestro país. Su llamada a informar hace más de dos meses fue consecuencia de la ley peruana que creó el distrito Yarada-Los Palos, con la pretensión de incluir territorio chileno. La incorporación proviene de la mención arbitraria del Punto Concordia o 266, como inicio de la frontera terrestre con Chile. Dicha ley, que originó notas de protesta chilenas, desconoce la demarcación terrestre a través del Hito Nº 1, convenida de común acuerdo en 1930, reiterada convencionalmente en 1968 y mutuamente reconocida en décadas posteriores, hasta que fuera desconocida unilateralmente por Perú en 2005, dando lugar al polémico y mal llamado triángulo interior, arenal de una extensión de algo más de dos hectáreas, accesible desde la costa solo por mar territorial chileno, conforme lo sentenció la Corte de La Haya.
Seguidamente, el embajador de Perú en Chile tuvo inoportunas declaraciones limítrofes en La Moneda. Sus imprudentes declaraciones motivaron la cancelación de una siguiente entrevista de la Presidenta de la República y alcaldes peruanos y, probablemente, su regreso a Perú, con seguridad debido a la previsible falta de acogida en nuestro país.
Posteriormente, desafiando la demarcación, un grupo de militares peruanos se hizo presente en el aludido Hito Nº1, transgrediendo los protocolos sobre presencia de militares armados en zonas fronterizas.
En estos días el Presidente Humala ha reiterado que es irreversible lo dispuesto en la ley que creó el nuevo distrito tacneño. Luego firmó un decreto para declarar el año 2016 como de "Consolidación del Mar de Grau", concepto contrario a la Convención del Mar y que no distingue entre mar territorial, con los plenos atributos soberanos sobre las 12 millas contiguas a la costa, y las 188 restantes, con amplios derechos de comunicación y tránsito marítimo de otras naciones, que constituye la Zona Económica Exclusiva, conforme al Derecho Internacional
Perú fundó su demanda ante la Corte de La Haya en dicha Convención, lo que forzó a su agente, en su alegato final, a sostener que su país, no obstante no haberla ratificado, respetaba la Convención aludida. Consecuentemente, su gobierno presentó un proyecto de ley sobre comunicaciones marítimas. Dicha iniciativa aclaratoria permanece empantanada en el Congreso peruano por casi dos años.
Estos incidentes dañan severamente la confianza en las relaciones con el Presidente Humala, y su reiteración es demostrativa de su actual desinterés al menos por solucionar por la vía diplomática las diferencias bilaterales. Asimismo, son indicativos de incumplir los compromisos asumidos en la Corte de La Haya.
Con razón, integrantes de las comisiones de Relaciones del Senado y de la Cámara de Diputados y dirigentes de distintos partidos políticos han reclamado por este cuestionado regreso del embajador chileno a Lima. Lo que además se combina con el aprovechamiento político de estos episodios por el Presidente peruano, en los últimos meses de su mandato, mientras experimenta fuertes críticas por su gestión y bajísima adhesión popular.
Es prerrogativa del gobierno de Perú ordenar el regreso de su embajador en Santiago, no obstante encontrarse en la situación descrita. También es atribución del gobierno chileno reenviar a su plenipotenciario a Lima, aunque no se puede omitir una explicación pública de su justificación, ni desconocer las implicancias de esa decisión ante las medidas del gobierno del Presidente Humala.