Como también lo declarara Scioli en la campaña, las nuevas autoridades del sector económico pretenden buscar acuerdos con los tenedores de bonos de la deuda externa argentina que no aceptaron la renegociación de la deuda durante la presidencia de Néstor Kirchner. Sus demandas han dejado a Argentina fuera de los mercados financieros internacionales y expuesta a embargos de sus activos en el extranjero, llegándose hasta el secuestro temporal del Buque Escuela Libertad.

A pesar de la gradualidad en la eliminación de los controles cambiarios, de las restricciones al comercio exterior y de la remoción de las trabas a la inversión extranjera, ya se registran expectativas para mejorar la deteriorada relación económica y comercial con Chile, sus otros vecinos y con el resto del mundo.

Una de las principales preocupaciones internas planteadas durante la campaña presidencial fue el aumento del narcotráfico y, en especial, de la facilidad del ingreso de la cocaína proveniente de Bolivia. Otra coincidencia con Chile. Es de suponer entonces que se establezca un mejor control policial del límite fronterizo con el vecino del noroeste y que se reclame a Bolivia una conducta similar en su territorio contiguo a las provincias de Jujuy y Salta.

Las relaciones con el Papa, China, Irán y Gran Bretaña

La relación del nuevo Presidente con el Papa Francisco será un tema de interés para muchos observadores en los inicios del gobierno. Durante su desempeño en el Arzobispado de Buenos Aires, Macri entonces Jefe de Gobierno de la Capital Federal, tuvo una relación amable pero no cercana con el Pontífice, que con prudencia se limitó a pedir que los argentinos votaran "en conciencia".

Durante los últimos años del gobierno de la presidenta Fernández de Kirchner por la urgencia económica y la desconfianza hacia las potencias occidentales, se acercó a China. Obtuvo financiamientos a cambio de contratos para explotar el yacimiento de hidrocarburos de Vaca Muerta en Neuquén. También negoció inversiones chinas para la construcción de dos nuevas centrales nucleares. Se supone que ambos acuerdos serán revisados. Más fácil será la anulación del acuerdo con Irán por el cual se facilitaría el término de procesos internacionales contra funcionarios iraníes comprometidos en atentados terroristas en Buenos Aires en la década pasada.

Cabe esperar que el nuevo gobierno no recurra a los excesos de la presidenta Kirchner en sus denuncias por la intransigencia del Reino Unido en negarse a negociar sobre los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas.

La personalidad moderada y previsible del Presidente Macri, que se diferencia significativamente de las estridencias de su predecesora, podría ser un activo valioso para recrear la confianza en las negociaciones y en las relaciones internacionales de Argentina.

Inminente conflicto con el ALBA y en el Mercosur

La derrota de Cristina Fernández de Kirchner y la victoria de un político de centroderecha, partidario del modelo económico liberal, no han sido bien recibidas por los regímenes populistas representados por el ALBA. Medios oficiales en Cuba lamentaron la elección y personeros de gobierno venezolano lanzaron en su contra las criticas previsibles. Evo Morales, que viajó a Argentina para apoyar a Scioli por petición de la presidenta saliente, envió la felicitación de rigor, pero voceros de su administración se han referido al fin de la era Kirchner como una derrota de las "fuerzas populares" y "antiimperialistas".

En sus tempranas declaraciones el presidente electo anunció que planteará la aplicación a Venezuela de la Carta Democrática del Mercosur. Difícil de concretarse esta iniciativa que suspendería la pertenencia venezolana al organismo, con la pérdida de sus beneficios comerciales. Brasil, el primer país que visitaría el nuevo mandatario antes de viajar a Davos en enero, habría manifestado su oposición considerando que sus exportaciones a Venezuela serán afectadas. La propuesta argentina deberá ser tratada en la Cumbre de Presidentes del Mercosur, que tendrá lugar a fines de diciembre. Para el desenlace de este anuncio será clave el resultado y legitimidad de las elecciones parlamentarias venezolana este domingo.

Condenas al régimen de Venezuela

Por el asesinato de un dirigente opositor y la violencia oficialista en la campaña legislativa venezolana, condenados por el nuevo Secretario General de la OEA y por el Jefe de observadores de Unasur, no solo se debería respaldar la propuesta de Macri, sino que también los gobernantes demócratas del continente, comprometidos con el respeto de los derechos humanos, deberían sumarse a las denuncias y motivar acuerdos condenatorios del régimen venezolano. Difícilmente las democracias de Chile, Brasil, Colombia, Perú y Uruguay podrían sustraerse y guardar silencio ante estos gravísimos acontecimientos, máxime ante los obstáculos de Maduro para promover y verificar la transparencia de los próximos comicios, que según las encuestas lo sitúan en la derrota.