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Viernes 27 de noviembre de 2015
La centroderecha que queremos
Señor Director:
Se nos va el año, y mientras en Argentina la centroderecha celebra merecidamente el fin de la hegemonía justicialista, en Chile dicho sector político sigue sin conformar una nueva estructura que logre patear el tablero político. En el fondo, seguimos con la inercia de la antigua y desgastada Alianza, derrotada dramáticamente en 2013.
El histórico triunfo de la coalición articulada por Mauricio Macri en Argentina debe hacernos reflexionar sobre los principios fundantes y la celeridad con la que la centroderecha chilena se encuentra impulsando un esfuerzo similar. Respecto de los principios fundantes, la diversidad y capacidad de atraer a distintas miradas de la sociedad, todas ellas que puedan coexistir bajo el paraguas de la libertad, parece ser un aspecto fundamental.
Ello nos obliga a buscar nuevos horizontes y trazar nuevas fronteras, tal como lo hizo Cambiemos. De esa forma, se crea un imaginario compartido y logramos que los chilenos sueñen con nuestro proyecto.
Una parte del sector ya dejó atrás la división del Sí y el No. Fue un gran acierto superar el clivaje autoritarismo-democracia. Pero para que ese paso tenga sentido, ahora debemos ser capaces de asemejarnos a las derechas exitosas en el mundo. Ellas son competitivas precisamente porque defienden de modo creíble la libertad individual. De igual modo, para ser alternativa de cambio es necesario articular una coalición sin vetos ni exclusiones. Cambiemos representa eso, precisamente. Si los ciudadanos nos ven excluyéndonos entre nosotros, difícilmente se van a sentir convocados.
De igual forma, para que los chilenos sueñen con un cambio, no podemos seguir ofreciéndoles las mismas etiquetas partidarias. Debemos ir más allá, tal como lo hizo Macri. Abrir nuevos paraguas implica articular nuevas estructuras, pero con celeridad y sentido de urgencia. Lo importante es construir y ofrecer un relato que convoque y que una en torno a un proyecto.
No nos preocupemos hoy por definir candidatos: tenemos varios Macri. El problema es que aún no tenemos nuestro propio Cambiemos.
Tomás Fuentes Barros
Cientista político Concejal de Las Condes
Se nos va el año, y mientras en Argentina la centroderecha celebra merecidamente el fin de la hegemonía justicialista, en Chile dicho sector político sigue sin conformar una nueva estructura que logre patear el tablero político. En el fondo, seguimos con la inercia de la antigua y desgastada Alianza, derrotada dramáticamente en 2013.
El histórico triunfo de la coalición articulada por Mauricio Macri en Argentina debe hacernos reflexionar sobre los principios fundantes y la celeridad con la que la centroderecha chilena se encuentra impulsando un esfuerzo similar. Respecto de los principios fundantes, la diversidad y capacidad de atraer a distintas miradas de la sociedad, todas ellas que puedan coexistir bajo el paraguas de la libertad, parece ser un aspecto fundamental.
Ello nos obliga a buscar nuevos horizontes y trazar nuevas fronteras, tal como lo hizo Cambiemos. De esa forma, se crea un imaginario compartido y logramos que los chilenos sueñen con nuestro proyecto.
Una parte del sector ya dejó atrás la división del Sí y el No. Fue un gran acierto superar el clivaje autoritarismo-democracia. Pero para que ese paso tenga sentido, ahora debemos ser capaces de asemejarnos a las derechas exitosas en el mundo. Ellas son competitivas precisamente porque defienden de modo creíble la libertad individual. De igual modo, para ser alternativa de cambio es necesario articular una coalición sin vetos ni exclusiones. Cambiemos representa eso, precisamente. Si los ciudadanos nos ven excluyéndonos entre nosotros, difícilmente se van a sentir convocados.
De igual forma, para que los chilenos sueñen con un cambio, no podemos seguir ofreciéndoles las mismas etiquetas partidarias. Debemos ir más allá, tal como lo hizo Macri. Abrir nuevos paraguas implica articular nuevas estructuras, pero con celeridad y sentido de urgencia. Lo importante es construir y ofrecer un relato que convoque y que una en torno a un proyecto.
No nos preocupemos hoy por definir candidatos: tenemos varios Macri. El problema es que aún no tenemos nuestro propio Cambiemos.
Tomás Fuentes Barros
Cientista político Concejal de Las Condes
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