Señor Director:
Agradezco a
Eduardo Carrasco, de Quilapayún, que nos deje en claro varias cosas. La primera -que todos sabíamos y nunca ha sido negada- es que Quilapayún entronca con el comunismo internacional. Por eso canta canciones compuestas por los derrotados en la guerra civil española, por los mismos que asesinaron a casi siete mil religiosos y sacerdotes; entre ellos, a 13 obispos.
La segunda es que el lenguaje de las cartas, declaraciones y tuiteos de Quilapayún es el mismo de las letras que merecieron el homenaje de la Universidad que ahora Quilapayún venera (aunque le advierte que para obtener financiamiento del Estado, deberá alinearse con el proyecto socialista). Es el lenguaje del odio. Por eso califican mi postura de ataque, me llaman ignorante y furioso, contrario al espíritu universitario, personaje anacrónico y vociferante.
Me queda claro que preferirían llamarme inconstante, pusilánime y cobarde. Por eso seguiré argumentando para mostrar el error de la Universidad de los Andes al hacer un homenaje a estos grupos. Cada día es más fácil, gracias al modo en que ellos mismos pretenden defenderse.
Gonzalo Rojas Sánchez