¿Qué hacer para atraer a los niños que pasan cada vez más horas del día en internet? Fue la pregunta que TVN quiso resolver motivado por su misión de canal público, que lo obliga a ser diverso, pluralista y a tener contenidos dirigidos a todos los segmentos etarios.
La respuesta la fue a buscar precisamente a la red, donde se encontró con pequeños absortos entre videojuegos y virales que se convirtieron en el referente de "Noticreo", programa que debutó esta semana y que optó por meter en la juguera varios de los contenidos que generan más visitas en las redes sociales y que son presentados por el conocido YouTuber Uzziel Misle.
Estéticamente, el resultado está bien logrado: el programa es colorido, tiene gráficas atractivas, un montón de secciones que intentan darle agilidad y un hiperactivo animador que, al menos por los comentarios de Twitter, parece convencer a parte de la audiencia, aunque luce harto más fome y sobreactuado que en su canal "Típico shileno".
El problema del programa está en su propia esencia, ya que intenta llevar los códigos de internet en la televisión y, por supuesto, queda al debe en su objetivo, ya que esta última no posee la rapidez ni la interactividad de la plataforma que lo inspira. Una de las mayores gracias de internet es que, si un tema interesa, la red permite profundizarlo accediendo a nuevas páginas y links ; y si se convierte en una lata, se puede cambiar de inmediato con apenas un clic.
No es afán de esta columna hacer la injusta comparación entre los atributos de la televisión e internet, pero resulta evidente que "Noticreo" quedó preso en las mismas redes que lo inspiraron. Basta ver al conductor intentando dialogar con la audiencia con tan pocos feedbacks como recursos tecnológicos, o haciendo preguntas del tipo "si fueras papá, ¿cuánto tiempo le darías a tu hijo para jugar videojuegos?", que a un niño de entre 7 y 12 años bien poco le debe importar, y que se resuelven leyendo en pantalla tuits o con un "galleteado" contacto vía Skype.
Además, secciones de cuatro minutos o más, como una para aprender a cocinar (una hamburguesa de cochayuyo en el primer capítulo) restan dinamismo al programa, mientras que otra sobre lo último en videojuegos queda en deuda si estos no se prueban con los propios fanáticos.
Por supuesto que la preocupación de TVN por los niños resulta valiosa, pero "Noticreo" -tal como el remake de "Carrusel"- no ha conseguido despegar de los 3 puntos y mantiene intacta la duda de si los pequeños realmente quieren reconectarse con la televisión abierta. ¿Será mejor convocarlos en programas familiares, como teleseries o concursos, que no solo estén dirigidos a ellos? ¿Habrá que potenciar los portales de los propios canales e intentar motivarlos desde ahí? Son preguntas que seguramente no resolverá el canal estatal en su primer ejercicio de vuelta al género y que debieran formar parte de una reflexión mayor.