"La cumbre escarlata"
El director mexicano Guillermo del Toro no ha visto fantasmas: pero sí los ha oído, me señaló una vez. Y en esta película de terror gótico deja que espectros y horrores deambulen en un abierto homenaje a Edgar Allan Poe y a las clásicas películas de la casa Hammer. El creador de "El laberinto del fauno" construye una especie de parque temático dedicado al escritor de "La caída de la casa Usher" con un relato quizás demasiado básico (una historia de amor menor) para el rico y barroco mundo que levanta para sus personajes: Mia Wasikowska es Edith, una aspirante a escritora traumada por un espectro de su niñez y ahora, de adulta, seducida por un extranjero (Tom Hiddleston) con segundas intenciones. La primera mitad, ambientada en la ciudad de Búfalo del siglo XIX, es cálida y asentada en un realismo más concreto. Pero luego se da paso a un viaje a una casa siniestra, en vías de descomposición, casi orgánica y terminal que se hunde en un pantanal de arcilla roja: una zona que podría ser una pesadilla y el espacio ideal para que Del Toro subraye la dirección de arte, los decorados y la fotografía como un personaje más, si no, el más importante. El susto está, pero sin burdos recursos, porque "La cumbre escarlata" es un hermoso tributo, pero además un tipo de terror elegante y en vías de extinción.
"Crimson Peak". Terror. 2015. 118 minutos. 14 años."Puente de espías"Cuarta colaboración de Steven Spielberg con Tom Hanks, es la historia real de James B. Donovan, un abogado que, en plena Guerra Fría, debe defender en tribunales a un espía ruso. Su punto de vista "progre" es empático con el foco del espectador de 2015, cuando la división entre el bloque soviético y el american way of life es sólo una pieza de museo. Esa identificación es clave en este filme de tintes históricos que ostenta un ágil suspenso (con un guión de los hermanos Coen) y soberbia puesta en escena. Spielberg logra puntos altos, especialmente en las escenas de espionaje de "escritorio", con las posteriores negociaciones de Hanks en Berlín Oriental mientras busca el intercambio de espías entre USA y la URSS. Es aquí donde reluce su lado adulto, su faceta "Münich", donde llega a acercarse al "otro", al "enemigo", al "alien" (palabra usada en inglés como "extranjero") en un encuentro cercano del tercer tipo. Tal vez si Spielberg hubiera prescindido de un tufillo patriotero y si hubiera aplicado más sello Coen (sano escepticismo) y menos rúbrica Hollywood, estaríamos viendo su nueva obra maestra. Pero estuvo cerca. Sólo faltaron pocos palos para el puente.
"Bridge of Spies". Drama. EE.UU. 2015. 141 minutos. Todo espectador.