En esta atroz "Chicago de Sudamérica" hay cada vez más hoteles: la "businesslife" chicagüina atrae... Sea. Y como no hay mal que por bien no venga, en algunos de ellos se dan bien los restoranes.
Es el caso del Re (Hotel Plaza El Bosque), donde Esteban Donoso dirige la orquesta culinaria de un modo muy acertado. Y sin bombos ni platillos, ni culto a la personalidad, ni otras cosas que hoy se dan en comederos muy inferiores y muy epatantes y muy mediáticos. Y muy caros.
Lo primero que nos interesó fue un potaje de cebolla blanca al anís, con gotas de aceite de perejil trufado ($6.000): plato realmente delicado, guarnecido con una donosa quenelle de pollo, muy bien hecha aunque no con la forma tradicional, y coronada con una tajada de salmón. Curiosa mezcla que funcionó admirablemente bien. Asimismo nos pareció muy bien realizada la crema de zapallo a la canela ($5.100), con su guarnición de bolitas de queso, apanadas y fritas. La trilogía de mar y tierra ($8.900) es un trío de tártaros: atún, camarones y filete, cada uno muy bien aliñado, con "lactonesa" al jengibre (mayonesa hecha a partir de leche), menta, maní. En verdad, algo fino que sale de lo común, refrescante, y en buena porción.
El solomillo de cerdo (léase "lomo de chancho") llegó asado a la perfección: jugoso, blando (se nota la buena infraestructura en la cocina), rodeado de ollucos, fondos de alcachofas tiernas, habas frescas (no congeladas; éstas son siempre perfectas y del mismo porte), y unos trocitos de cebolla apenas blanqueados, todo unido por una apropiada salsita ($8.800). Los ollucos son tubérculos andinos (ojo: no papas), muy agradables. Excelente plato. Igualmente buena fue la merluza austral, cocida a la perfección y con la piel ricamente crocante, encaramada en unos chapaleles con queso mantecoso ($8.600): interesante idea, perfecta ejecución. En comparación, fue menos bueno el risotto al carmenère con setas y bocconcini de mozzarella de búfala ($8.300): un buen risotto es más "asopado" o "caldoso", no tan sólido como el que se nos presentó.
Postres. Un coulant de chocolate (quequito chocolatoso relleno con chocolate líquido) con helado de vainilla ($4.100), bueno pero según fórmula algo adocenada; un parfait de avellanas con algo de nutella sobre bizcocho de nuez ($3.900), y una "esfera" de yogur con coulis de frutos rojos ($3.900).
Hay que destacar la idea de esta carta de dar a conocer preparaciones chilenas, como el chapalele (refinado, claro), o productos regionales, como los ollucos. La quínoa, en uno de los postres "chilenos", no es tradicional en este país. Sugeriría castellanizar y chilenizar los nombres de los platos (nada de berries, ni de filete de "res", ni "solomillos"...) y corregir otros ("bocconcini de queso", no "queso de bocconcini"). Servicio profesional, informado, amable. Precios muy convenientes. Estacionamiento gratis en el hotel. Muy recomendable.
Hotel Plaza El Bosque Nueva Las Condes.
Av. Manquehue 656, Las Condes.