Señor Director:

Ante la idea de ponerle a nuestro principal aeropuerto el nombre de Pablo Neruda, quiero expresar que no estoy de acuerdo, porque hacerlo es agraviante, mezquino, injusto y totalmente innecesario.

Aunque no, por cierto, por los penosos argumentos que han dado algunos parlamentarios de derecha, que se oponen a la medida y que en verdad hablan mal de su cultura. El problema no es que Neruda haya sido comunista. La verdad es que ello, frente a su grandeza literaria, no es más que anecdótico, y Neruda es patrimonio de todo Chile y de todos los chilenos. Él y Gabriela Mistral debieran tener una buena calle en cada ciudad y pueblo de Chile y una gran avenida en Santiago. Y si se quiere, también una estatua. Pero el aeropuerto, no.

El comodoro Arturo Merino Benítez fue el fundador de la Fuerza Aérea de Chile, es decir, de nuestra aviación militar, y fue además el fundador de la aviación civil-comercial chilena y de Lan Chile.

A ese hombre le debe Chile toda nuestra aviación y por ello es un justísimo y mínimo homenaje que el aeropuerto lleve su nombre. Pero, además, no se trata de bautizar un aeropuerto nuevo, si no uno que ya tiene nombre bien merecido. Si no se le hubiera puesto nunca, el no ponerle el nombre de Merino Benítez sería olvido e ingratitud, pero quitárselo cuando ya lo tiene por años es añadir el escarnio y la humillación a la memoria de un patriota que lo dio todo por Chile y por su aviación sin tener él ningún interés económico en su magna obra, solo realizada por vocación y visión y a pesar de un modestísimo sueldo fiscal.

Por eso, cambiarle el nombre, con independencia de cuál fuera la nueva denominación, me parece un agravio mezquino e injusto: el "pago de Chile". Pero es además innecesario para homenajear a Neruda, pues, aunque el vate está vergonzosamente falto de una merecida gran avenida en Santiago, y de calles en provincia, todo Chile lo conoce y admira por su gran aporte literario y todo Chile lo respeta por su poesía y lo lleva en su corazón. No necesita Neruda que para agasajarlo a él su patria agravie a otro de sus grandes. Neruda no va a ser menos conocido y admirado por no tener aeropuerto. Y en cambio, si al fundador de nuestra aviación se le priva del homenaje testimonial que ya tiene con el aeropuerto, puede terminar perdiéndose en el olvido.

Manuel José Ugarte Godoy