Señor Director:

En las encuestas CEP realizadas este año se preguntó a los entrevistados lo siguiente: ¿Cuáles son los tres problemas a los que debería dedicar el mayor esfuerzo en solucionar el Gobierno? Que la desigualdad no aparezca entre las principales preocupaciones de los encuestados ha pasado "piolita" (para utilizar un término coloquial usado por Francisco Vidal en su reciente columna). De hecho, en las encuestas de abril y agosto la desigualdad alcanza solo el décimo lugar, muy lejos de la que encabeza la lista, la delincuencia, y las que le siguen, salud y educación.

Estos resultados son consistentes con otro de las mismas encuestas: una mayoría de los encuestados declara estar satisfecho con sus vidas, alcanzando el 69% en el último estudio de agosto, un verdadero mentís para quienes adhieren a la tesis del malestar que tendría a los chilenos al borde de la explosión social.

Quizás aquí se encuentre la razón del divorcio entre un gobierno que basó su estrategia política en la superación de la desigualdad (y la tesis del malestar que le sería consustancial), y una ciudadanía que no se siente representada por esa prioridad y, en cambio, demanda poner freno a la delincuencia y servicios de calidad en salud y educación, entre otras preocupaciones, muchas de ellas asociadas al crecimiento económico.

Claudio Hohmann