Señor Director:

Curiosa la forma de debatir de estos académicos de la UDP. Afirmé en una columna que la regla general en los países desarrollados es aceptar el "reemplazo interno" en la huelga. Que suprimirlo, como lo hace la actual reforma laboral, es anómalo y traería un costo significativo para el país en términos de crecimiento, competitividad y paz social.

En vez de referirse a esta afirmación, sobre el tema de fondo que discute el Senado, me emplazan a dar una explicación pública por haber cambiado de opinión en el último cuarto de siglo.

Cuando les demuestro que están equivocados, y que no hay tal cambio de posición, no reconocen su error, sino que culpan a quienes participamos en el debate laboral en 1991, por no haberles aclarado el sentido de un término que para todos nosotros era evidente.

Luego afirman que en Alemania, Francia e Italia no existe "reemplazo interno". Un error que cualquier lector puede comprobar por sí mismo, dado que dicha información está disponible y es pública.

Terminan su carta diciendo que no ven ninguna diferencia para la eficacia de la huelga, entre la existencia de "reemplazo interno" y "reemplazo externo". Si tuvieran razón, no resultaría comprensible que buena parte de los países desarrollados, con distintos niveles y tipos de regulación, hayan autorizado los "internos" y limitado los "externos".

René Cortázar
Ex ministro del Trabajo