Señor Director:
En una
carta publicada ayer, el ex dirigente camionero y hoy representante de buses Héctor Moya afirma que la caída en la demanda de transporte público es un problema general que también afecta a Metro. Nunca es bueno defenderse nivelando hacia abajo ("todos estamos mal") y es equivocado hacerlo con el dato de un semestre, siendo que Transantiago lleva ocho años funcionando.
Para concluir algo riguroso se requieren series largas, y si usamos el gráfico publicado el martes por "El Mercurio", los datos son elocuentes: entre 2008 y 2014, los buses bajaron de 1.165 millones de validaciones bip ! a 973 millones, mientras que Metro subió de 637 millones a 669 millones, y desde 2009 esta tendencia se acentúa, como se puede ver en la pendiente de ambas curvas (bus versus metro).
Pese a ello, el señor Moya rechaza invertir en Metro, y asume que la nueva línea 7 costará cuatro veces más por kilómetro que las líneas 3 y 6. Y junto con inflar esta inversión plantea una dicotomía equivocada.
No creo que deba elegirse entre una excelente iniciativa como la Nueva Alameda y más líneas de metro. Ambas son necesarias, al igual que trenes, tranvías o ciclovías. Mi crítica apunta a la entrega de billonarios subsidios que, a diferencia de la infraestructura, no mejorarán la situación actual para millones de usuarios del Transantiago.
Antes de seguir pidiendo plata al fisco, las empresas que representa el señor Moya deberían comprometerse a mejorar su servicio, reducir la evasión y renovar su flota. Y como ello no ha surgido por iniciativa propia, propongo que sea exigido en los nuevos contratos antes de entregar un solo peso más en subsidios.
Iván Poduje CapdevilleEx integrante de Comisión Presidencial Pro
Movilidad