Era el orgullo de la empresa británica "White Star". Un colosal transatlántico de 45 mil toneladas. El más grande y lujoso del mundo. No obstante, durante su viaje inaugural -de Southampton a Nueva York-, la noche del 14 de abril de 1912, chocó con un iceberg y se hundió en el Atlántico Norte, sin dejar rastro.

Durante más de setenta años, varias misiones trataron, sin éxito, de encontrarlo. Hasta que el 1 de septiembre de 1985, una expedición científica norteamericano-francesa localizó sus restos: "El Instituto para la Investigación y Explotación del Mar de Francia confirmó que los vestigios del "Titanic" se ubican a 900 kilómetros de la costa de Terranova, a una profundidad de 4 mil metros", informaba "El Mercurio".

La noticia agregaba que la búsqueda fue realizada por un robot sumergible que operó desde el barco de la Armada estadounidense "Knorr", en medio de estrictas medidas de seguridad: "Los restos fueron identificados mediante el sistema de sonar submarino SAR y por el minisubmarino ARGO".

Los informes captados por cámaras de televisión a control remoto instaladas en el ARGO indicaban que la nave estaba sorpresivamente intacta, con un casco como una pieza de museo: "Se tomaron unas 12 mil fotos en color, entre ellas primeros planos del puente de mando, descubriendo fantasmales reliquias, como cajas de botellas de vino, equipajes, vajillas y camas, todo en muy buen estado".

Robert Ballard, principal oceanógrafo de la exploración, confesó haberse emocionado profundamente con las imágenes; en especial con las que mostraban los soportes vacíos de los botes salvavidas. Señaló, de igual modo, que no revelaría la posición y profundidad exactas donde se halló el buque, para evitar la invasión de personas ávidas de rescatar los objetos sumergidos.

Por otra parte, el diario reproducía el testimonio de uno de los sobrevivientes de la tragedia, quien solicitaba que se dejara al transatlántico en el lecho marino por respeto a las más de 1.500 personas que murieron en él: "Por lo que a mí respecta, preferiría que los restos no fueran extraídos. Sería como profanar la tumba de quienes perecieron en este horrible desastre".