La acción de este gobierno le ha cerrado los horizontes al país. Nos ha empantanado en la discusión de reformas improvisadas reviviendo viejas odiosidades. Las ya aprobadas tienen que ser rectificadas para evitar en algo sus equívocos y contradicciones; respecto de las que están en trámite, ya se reconoce por sus mismos impulsores sus negativas consecuencias y, en cuanto a la discusión constitucional a que se nos quiere llevar, no se han explicado sus fundamentos. Solo se ha generado confusión y una grave pérdida de confianza en la ciudadanía.
Se han presentado estas reformas como indispensables para asegurar la armonía del país, como si hubiésemos vivido todos estos años en el engaño y el enfrentamiento. Y se ha evitado a toda costa reconocer el tremendo salto que hemos dado durante los últimos cuarenta años, dejando atrás a nuestros vecinos del continente e incorporándonos a la OCDE. Por lo mismo, se ha desechado toda posibilidad de solo ajustar las normas e instituciones a las nuevas realidades que han ido surgiendo, que es el verdadero trabajo cotidiano e infinito de los políticos. Por el contrario, el camino actual nos lleva a los esquemas y planteamientos de hace cincuenta años, que solo aceptaban la revolución como único modo para derrotar a la democracia burguesa e instaurar el socialismo redentor.
De este modo se ha encerrado al país en un debate inconducente que clausura el futuro a todos y en todos los campos. Además, arriesga a la gran mayoría a perder los valiosísimos avances logrados con constancia, tenacidad y disciplina a través de estas décadas.
En contraste con esto, la película "Los 33" nos devuelve al país real, a aquel que es capaz de enfrentar las adversidades más tremendas y superar los desafíos más estresantes. La comunicación honesta y de frente, la exaltación de los valores positivos que movilizan desde el fondo del alma a cada uno, llevaron a todos a encontrarse y darse las manos para superar las angustias frente a la vida y la muerte. Así ha sido en Chile a través de los siglos frente a las catástrofes de la naturaleza y los avatares humanos. Este rasgo nos ha dado un sello que nos diferencia y que también suscita reconocimiento en la gente de espíritu positivo y envidia en los mezquinos.
Basta ya de reformismos vacuos y mentirosos que nos cierran el horizonte con sus ideas retrógradas y fracasadas. Debemos cultivar la mirada honesta que valora al otro y que nos comunica a todos para reconquistar la amplitud de nuestros horizontes.
La película "Los 33" nos devuelve al país real, a aquel que es capaz de enfrentar las adversidades más tremendas y superar los desafíos más estresantes.