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Cartas
Martes 28 de julio de 2015
Subsidio público y Transantiago
Todos los sistemas de transporte público modernos tienen un “subsidio operacional”, que es un soporte fiscal que permite garantizar un nivel y calidad de servicio de alto estándar y, al mismo tiempo, con tarifas que posibiliten el acceso de todos a ese servicio. En Europa el promedio de ese subsidio supera el 60% del sistema y en EE.UU. es en torno al 70%. Así, el subsidio al transporte público es una poderosa herramienta para introducir más equidad en la sociedad moderna.
Los expertos consideran que es una de las subvenciones para servicio público más justificadas y eficientes. Su justificación tiene que ver con la gran cantidad de beneficios directos que provoca y porque indirectamente colabora a disminuir el efecto de “externalidades negativas” del transporte, como la congestión, la contaminación, la cantidad de accidentes y los impactos sobre la salud, cuyo costo es sin duda superior al de cualquier subsidio.
Un reciente estudio realizado por Actus demostró que el subsidio del año 2014 ($400 mil millones) no alcanzó a financiar el aporte social a los estudiantes ($230 mil millones) y el subsidio a los transbordos ($243 mil millones). Como es sabido, el sistema considera transbordos y las personas hacen en promedio 1,5 viajes: esto significa que cuando pagan $640, el Estado le subvenciona $330 porque lo que realmente cuesta el viaje son $970.
Ambas cifras nos revelan que no queda nada para una mejora operacional real. A esto último hay que agregar que el sistema también financia un tercio de la inversión en infraestructura del Metro, equivalente a $74 mil millones anuales.
El reciente proyecto de ley enviado al Congreso para aumentar el subsidio busca solo cubrir el déficit del sistema de tal manera de evitar alzas de tarifa, pero no considera recursos para mejoras en el servicio.
Si el subsidio social a los estudiantes pasara al Ministerio de Educación y el gasto en infraestructura del Metro al Ministerio de Obras Públicas, se reduciría el costo total del sistema de transporte público, lo sinceraría y quedaría como piso solo el subsidio al transbordo, que es inherente al sistema. Eso sería más lógico, ya que parece erróneo cargar al sistema de transporte con subsidios sociales y financiamiento de infraestructura.
Así también el establecimiento de un subsidio al pasaje de los adultos mayores, que es completamente legítimo y necesario, debería estar radicado como subsidio social en el Ministerio de Desarrollo Social.
Mirado así, por primera vez, hoy se podría producir una conversación con calma y no apurada por “crisis” o “alzas inminentes” sobre cuál es el subsidio operacional al transporte público que necesitamos, basado en una definición como país y ciudad de cuál es la calidad y el nivel de servicio que queremos garantizar a los usuarios: ¿Queremos buses de un estándar superior al actual? ¿Que sean menos contaminantes y menos ruidosos? ¿Queremos buses con más asientos? ¿Con televisión? ¿Queremos buses con aire acondicionado, como en los nuevos coches del Metro? ¿Queremos buses más nuevos? ¿Queremos buses con una regularidad de cuatro minutos en vez de ocho, lo que implica tener más buses? ¿Queremos buses superexpreso con asientos para todos los pasajeros en los trayectos más largos?
En fin, depende de lo que todos decidamos el hecho de si se necesitarán aportes por sobre los $243 mil millones de subsidio al transbordo, vale decir, una cantidad específica para “subsidio operacional” donde se determine un monto determinado y con objetivos bien establecidos, plazos, estándares y compromisos claros, como destino de esos recursos. Cualquiera sea el modo, se requiere que sea un mecanismo eficiente en la mejoría del sistema.
Los parlamentarios por primera vez tienen la oportunidad de influir y colaborar, con una mirada de Estado y no de rencillas menores, para tomar una decisión al respecto, que deje atrás la mera crítica y apunte a la búsqueda de soluciones más definitivas. Se lo merecen los 3,5 millones de pasajeros que usan este transporte a diario.
Víctor Barrueto
Director ejecutivo
Asociación de Concesionarios de Transporte Urbano de Superficie A.G.