Cuando nos llega un correo, contestamos cuando podemos.
Cuando nos llega un mensaje en el celular, debemos contestar de inmediato. Cuando nos llaman por teléfono debemos contestar y si no devolver el llamado a la brevedad.
Cuando estamos tristes debemos comunicarlo. Es un problema de cariño, de deferencia, de cercanía, de interés. ¿Será que el tiempo y el silencio ya no nos pertenecen como antes? ¿El género juega un rol?
Hacemos una prueba grupal: he aquí lo que ocurre.
Discute un grupo de mujeres sobre la amistad y la intimidad. Un requisito para todas es informarse de la vida de sus amigas. Estar informada de lo que vive el otro es una señal de amistad.
Discute el mismo tema un grupo de hombres. Ellos estiman que el que desaparece un rato, tendrá sus razones. No tanto rato, porque eso ya es peligroso o antipático, pero demorarse es "andar perdido" y "está bien, estará muy ocupado".
¿Qué hace que las mujeres necesiten estar contactadas e informadas para constatar cercanía y cariño? Algo muy sencillo: las mujeres necesitan la palabra y los hombres necesitan los hechos para interpretarlos.
Cuando se juntan ambos grupos, los hombres se ríen mucho del resultado. Y lo asimilan a la vida en pareja y/o al amor. No les sorprende en absoluto. Todos tiene relatos sabrosos de cuan seguido necesita una mujer las palabras de amor. "Si no le digo que la quiero, seguido y seriamente, es que algo pasa, algo anda mal". En cambio, ellos prefieren las acciones. Y, salvo que una información les concierna a ellos directamente, no necesitan tanto contacto verbal. Algunos incluso alegan que sus mujeres quieren hablarlo todo. "Si ella anda preocupada o triste y no me lo comunica, ni me doy cuenta. Me importa que me diga lo que me concierne a mí, a nosotros. Lo de ella, se verá cuándo se habla o si se habla".
Estamos exigidos, en la amistad y en el amor, en distintas medida cuando se trata de romper los silencios.
El marido a quien la mujer no le contesta el mensaje telefónico, piensa que estará ocupada y si es urgente y ella se demora, se enojará. La mujer tenderá a entristecerse, porque las palabras y la información son la fuente del cariño y la cercanía.
¿Podríamos decir que la comunicación instantánea es más femenina? No, los hombres pueden hablar la misma cantidad o más que las mujeres. Lo que cambia es cómo cada sexo interpreta el silencio.