No es común ver en la TV chilena el nivel de producción de "Sitiados", que debutó anoche en TVN. Esta serie hecha por el canal público junto a la cadena internacional Fox -con aportes del CNTV- se basa en un hecho real de la historia de Chile: en 1598, 500 españoles quedan presos en el fuerte de Villarrica, asediados por los guerreros más temidos de esta parte del mundo, los mapuches.
"Sitiados" cuenta con los recursos de una producción de nivel internacional. Se construyó un fuerte de más de 600 metros cuadrados y se confeccionaron más de 300 trajes y 200 armaduras. Se convocó a actores de distintos países, logrando un nivel de actuaciones bueno y parejo, sin que la diversidad de acentos alcance a molestar. Estos elementos indican que no es una serie totalmente chilena, pero su origen está en un grupo de realizadores de TVN, que se obsesionaron con este pasaje de nuestra historia y que golpearon puertas hasta encontrar los recursos para llevarla a cabo.
Vale la pena ver los paisajes de La Araucanía en una producción de gran factura, así como a personajes hablando en mapudungún y vestidos para la guerra tal como lo hacían en ese tiempo (la cabeza rapada y el cuerpo pintado) y no como los muestran las ilustraciones de los textos escolares. Aquí se puede ver una convivencia entre españoles y mapuches distinta a la que aprendimos en el colegio porque se revela la cotidianidad de la relación entre ambos grupos y cómo el hecho de convivir en el fin del mundo hizo que se mezclaran en todos los ámbitos: lo doméstico, el trabajo, el sexo y hasta el amor. Distinto es leerlo en los libros que verlo en personajes de carne y hueso.
El primer capítulo se centró en mostrar a los personajes principales, con muchas intrigas de poder, violencia descarnada y sexo explícito. En un comienzo, el relato se hace algo confuso porque no son pocos los personajes que tienen más de algo que ocultar. La historia avanza lento en ciertos momentos, pero vale la pena esperar. Hay personajes que prometen, como el sargento Agustín González (Benjamín Vicuña), que representa la integración con la naturaleza y el pueblo mapuche. Pero lo que más abunda son los villanos, como el conspirador del fuerte Alonso Carvallo (Francisco Melo), que buscan el oro y el poder a costa de todo.
Probablemente no será esta la serie que saque a TVN de su desencuentro con las audiencias. Pero sí está claro que un producto como este contribuye a que los chilenos entendamos de dónde venimos.