Guillermo Muñoz

A un mes de haber regresado a Chile tras diez años como secretario general de la OEA, José Miguel Insulza (PS) comenta que su nuevo departamento aún está lleno de cajas que debe desembalar.

-Usted vivió en México y los mexicanos dicen que no hay nada más peligroso que un político desempleado.
-No me considero desempleado. Ocupo mi tiempo bastante, veo gente, converso, voy a almuerzos porque me estoy reubicando. Yo no desembarqué en Chile para darle lecciones a nadie.

-En este período se juntó con el ex Presidente Ricardo Lagos, ¿de qué hablaron?
-Nos juntamos a conversar de muchos temas. Cuando conversan dos personas, generalmente hay dos versiones y mejor no cotejar esas versiones por la prensa.

-Ambos suenan como presidenciables, ¿hablaron de eso?
-Espero que sonemos también como equipo. Hemos compartido con Ricardo Lagos muchas cosas en política y, por lo tanto, nunca habrá competencia entre nosotros.

-¿Y cómo ve la carrera presidencial dentro de la Nueva Mayoría?
-Estamos en un período complicado para hablar del tema presidencial. Además, la mayor parte de los candidatos están dando explicaciones por cosas que hicieron.

-Usted no.
-Porque estoy recién llegado, ese argumento no vale, seamos justos. Fui candidato en 1973 y le aseguro que en ese tiempo no se daban boletas. Podría decir: "Yo nunca habría dado...". No. Nunca fui candidato después, nunca estuve en esa situación.

"Hay que darse tiempo para conversar con los parlamentarios"

En sus más de diez años ininterrumpidos como ministro, Insulza participó, como recuerda, de los comités políticos del gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos. Lo hizo como canciller -ministerio que generalmente no participa de esta instancia-, como Secretario General de la Presidencia y titular de Interior. En este último cargo, fue además jefe de gabinete de Nicolás Eyzaguirre mientras era ministro de Hacienda, y superior del entonces subsecretario del Interior Jorge Burgos. Ambos nombres han estado en el debate por la relación que dos experimentadas autoridades pueden tener dentro del equipo político, luego que Eyzaguirre fuera nombrado, hace una semana, a cargo de la Secretaría General de la Presidencia.

-Se debate que el peso específico de Eyzaguirre (PPD) y su cercanía con la Presidenta Michelle Bachelet podría contrapesar el rol del ministro del Interior Jorge Burgos (DC).
-Jorge es el jefe de gabinete y creo que ese rol lo va a cumplir. Ahora, Nicolás va a dedicar más su tiempo a la relación con el Congreso, para lo cual su vínculo con el ministro de Hacienda y también su cercanía con la Presidenta es importante. Pero no creo que haya, en ningún caso, una bicefalia. Yo trabajé con los dos y son los dos buenos para trabajar en equipo. Contra todo lo que se ha dicho, Nicolás es un hombre que trabaja muy bien en equipo.

-El presidente de la DC, Jorge Pizarro, dijo que Eyzaguirre tenía una relación desgastada con el Congreso, y Andrés Allamand (RN) aseguró que el ministro era soberbio. -Uno va al Congreso en distintos roles. El ministro de Hacienda es quien pone límites de cuánto se puede gastar, por así decirlo, y el de la Presidencia juega un rol más componedor. Pero Nicolás es un hombre agradable y grato para conversar con él, así que no debería tener problemas. Esto no es un consejo: siempre es importante decir que uno no tiene que darles lecciones a los parlamentarios. Son generalmente la persona que una coalición eligió en un lugar para ser su representante y, por lo tanto, tiene una investidura y no es una persona a la que uno le vaya a contar cuentos o lo vaya a dejar a un lado con pocas palabras. Hay que darse tiempo para conversar con los parlamentarios, ganarse su amistad y confianza, cumplir con lo que uno les dice.

-¿Ese es el desafío de Eyzaguirre?
-Para todo el comité político.

-En eso Burgos tiene la ventaja de haber sido diputado.
-El ministro del Interior tiene siempre el problema de que es ministro también de seguridad pública. Nunca me ha parecido la mejor solución, creo que debería haber un ministro de la seguridad pública. Pero estoy seguro de que Jorge se va a dar tiempo para ir al Congreso.

-¿Y cómo ve este equipo político respecto del anterior?
-Tiene más experiencia.

-¿Eso es bueno?
-Es bueno. No digo que sea insustituible. Puede haber un genio. Pero no es bueno que un cargo ministerial político sea el primero que se ejerce en cualquier cosa. Ahora hay dos que fueron parlamentarios, otro ministro. Y, de paso, creo que la llegada de Adriana Delpiano a Educación, que es del mundo de la política, pero al mismo tiempo es experta en Educación, ayuda mucho en la situación actual en que la educación es uno de los nudos principales.

Segundo piso versus Segpres

-El senador DC Andrés Zaldívar dijo que era necesario que la Presidenta empoderara a los jugadores.
-Los ministros se empoderan por el hecho de ser nombrados y deben cumplir sus funciones. Ahora, claro, espero que haya consulta de la Presidenta con todos sus ministros, pero el empoderamiento se produce al momento que usted lo nombran ministro. Al titular de Minería lo nombran para que resuelva los problemas de la minería chilena lo mejor que pueda. No es excusa para un ministro decir 'no estoy empoderado', porque si no estuviera empoderado, no estaría en el cargo.

-¿Se deben autoempoderar entonces?
-No. Los ministros no tienen que tomarse nada, tienen las atribuciones que tiene un ministro. Representan al Presidente de la República en un determinado cargo. En el Estado chileno, muy bien constituido en este sentido, los ministros son los responsables. Por lo tanto, si algo anda mal en algún sector es que el responsable es el ministro y no es una buena excusa decir 'no me empoderaron'.

-En este período se ha dicho que la Mandataria está sola, que su círculo se ha reducido, que existe secretismo en las decisiones.
-Aquí hay dos diseños y los dos se pueden emplear. El Presidente Frei tenía un segundo piso pequeño, casi inexistente. El Presidente Lagos tenía un segundo piso gigante y, por lo tanto, una Secretaría de la Presidencia más chica. Lo importante es que si la Presidenta tiene un equipo pequeño en el segundo piso, tenga un contacto muy directo y fuerte con su secretaría que es la secretaría de la Presidenta. Y si el ministro es amigo de ella, mejor todavía.

-¿El modelo de Bachelet se parece entonces más al de Frei?
-Diría que sí. Bueno, si vamos a hacer el símil, se parece más al equipo de Patricio Aylwin, que no tenía prácticamente segundo piso. Su segundo piso era la Secretaría General de la Presidencia. Los dos modelos pueden funcionar.

-¿Es pequeño el actual segundo piso?
-Es que yo este no lo conozco mucho.

-¿Y cómo ve la situación política en general?
-Creo que las cosas se han calmado. Los temas judiciales están relativamente bien encauzados. Va a haber, como en todos estos casos, juicios, y valga la redundancia, judiciales y políticos. Algunos van a pagar menos costos desde el punto de vista judicial que desde el punto de vista político.

-¿Es el caso del ex ministro Rodrigo Peñailillo? ¿Pagará costos políticos a futuro?
-La salida de Peñailillo se produce por la crisis y, cuando la crisis es política, el responsable es el ministro político; por ello tenía que salir. Después han venido los cuentos: que si la ropa, el traje... el comidillo. Pero va a salir bien de este asunto. Van a recuperarse Peñailillo y la gente que trabajaba con él, los G 90. Son muy jóvenes, así que van a tener oportunidades otra vez y espero que en esa nueva oportunidad entiendan que los partidos políticos son importantes también para gobernar.