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Sábado 04 de julio de 2015
Los jugadores reciben un masivo respaldo de los hinchas y se fijan una meta: convertirse en leyenda
Ayer, los seleccionados solo practicaron pelotas detenidas y lanzamientos penales, en medio de un clima enfervorizado que se vivía en las afueras del recinto. Luego de recibir a sus familiares, pusieron el foco en derrotar a Argentina y conseguir el primer título en la historia del fútbol nacional.
Enzo Garrrido
"Porompompón, porompompón, el que no salta es argentino m...", cantaban enfervorizados los cerca de mil hinchas que llegaron ayer hasta la puerta de Juan Pinto Durán para alentar a la Roja en la víspera del que puede ser el partido más importante en la vida de muchos de los seleccionados.
Fue en ese momento en que los futbolistas decidieron salir del predio y compartir un rato con los forofos. Los niños fueron los primeros en romper el cerco policial, y Gary Medel y Arturo Vidal, los más solicitados para tomarse una selfie.
Los jugadores están enfocados. Saben que para muchos de ellos, el de hoy puede ser el partido más importante de sus vidas. Tienen la oportunidad de convertirse en leyenda. Y pretenden aprovecharla.
Un poco antes del "banderazo", Jorge Sampaoli había dirigido la última práctica antes de medir fuerzas con la Argentina de Lionel Messi. Fue un entrenamiento diferente, tal como les gusta a los futbolistas: con el coro de hinchas de fondo, con bombos, fuegos artificiales y papeles picados. Solo ensayaron penales y jugadas de pelota parada.
Sampaoli estaba de buen ánimo. Jugó un partido de tenis fútbol con un sparring y bromeó con otros "pichones" que observaban el juego.
Los titulares, tras entrenar, se quedaron cerca de 20 minutos en el pasto, sentados, conversando y viendo a los suplentes ensayar. Sonreían, sus rostros denotan concentración y confianza.
En la tarde, el movimiento en el predio continuó: fue el turno de recibir a las familias. Mientras eso ocurría, en el segundo piso Jorge Sampaoli repasaba y repasaba los reportes de la Albiceleste que le prepararon sus analistas.
Cerca de las 19:00 horas, todos fueron al gimnasio, a ejercitarse, pero con la carga justa.
Hasta que poco a poco comenzó a desaparecer la luz natural. Los jugadores vieron videos, cenaron y se fueron a sus habitaciones. Afuera, pasadas las 21:00 horas, un grupo de estoicos seguían apoyando con sus cánticos.
Los futbolistas hoy harán un breve estiramiento en la cancha antes de concentrarse en la final que puede grabar sus nombres para siempre en la historia del fútbol chileno.