El pórtico de esta película es una cita de El maestro constructor, de Henrik Ibsen, donde el maestro Solness expresa su temor de que los jóvenes lo invadan, que ocupen su espacio y lo arrinconen. "Déjalos entrar", le recomienda Hilde, una sugerencia muy ambigua desde que ella misma es joven y seductora.
Los planos siguientes establecen la situación de los protagonistas, Josh Srebnick (Ben Stiller) y Cornelia (Naomi Watts), un matrimonio en sus tempranos 40, sin hijos, rodeado de parejas con bebés, profesionalmente estancados e inseguros de su futuro. Él es un documentalista que lleva ocho años tratando de completar un filme con ambiciones políticas; ella trabaja en forma ocasional como productora para su padre, Leslie Beitbart (Charles Grodin), un reputado documentalista de la escuela rupturista de los 60 con el que su yerno se lleva pésimo.
En una de sus fallidas clases para adultos, Josh es abordado por una pareja de admiradores, los veinteañeros Jamie Massey (Adam Driver), que también filma documentales, y Darby (Amanda Seyfried), que fabrica helados artesanales. Josh se siente fascinado por la admiración que le profesa Jamie, y también por su juventud, su energía, sus ganas de aprender, su estilo hipster y sus gustos retro, las formas libérrimas de relacionarse con los amigos y los objetos. Cornelia, más escéptica, acepta participar del entusiasmo de Josh, a pesar de que intuye que los problemas de ambos no van por el lado de recuperar una juventud ya concluida.
El cineasta Noah Baumbach mostró una vocación crítica y desencantada de la vida urbana y de las relaciones intergeneracionales desde sus primeros películas, y especialmente en las ásperas Historias de familia, acerca de un divorcio visto por los hijos adolescentes, y Margot y la boda, reencuentro destructivo de una familia disfuncional.
En Mientras seamos jóvenes, Baumbach ha refinado su estilo. Sigue a sus personajes con una precisión irónica, interponiendo una y otra vez la distancia mediante planos frontales que obligan a reconsiderar cada uno de los momentos en los que aumenta el entusiasmo.
El frustrado Josh procura mantener sus principios como cineasta mientras comienza a descubrir que detrás del energético Jamie no hay un discípulo, sino un fraude en desarrollo. (Es un acierto particular haber asignado el protagonismo a Ben Stiller, el actor que mejor puede encarnar las pulsiones paranoicas que forman una deriva del relato). Su desencanto no es de ningún modo un sentimiento positivo. Parte de la ironía profunda de esta cinta -que a la postre resulta bastante más optimista que las anteriores de Baumbach- consiste en que ese desencanto, esa decepción, esa derrota de las ilusiones fáciles, es precisamente el camino para escapar del fracaso.
Es una película compleja, que tiende a parecer menos de lo que es, y que quizá merece ser vista más de una vez para apreciar su verdadero volumen.
While we're Young.
Dirección:
Noah Baumbach. Con: Ben Stiller, Naomi Watts,
Adam Driver, Amanda Seyfried, Charles Grodin, Adam Horovitz.
97 minutos.