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Miércoles 01 de julio de 2015
Argentina despierta, aplasta a Paraguay y amenaza el sueño de la Roja
Con su mejor actuación colectiva en el torneo y con Lionel Messi mostrando buena parte de su talento, la selección trasandina mete miedo a tres días de la final del torneo. Ángel di María (2), Marcos Rojo, Javier Pastore, Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín anotaron los tantos de la paliza albiceleste sobre el combinado albirrojo.
Raúl Neira B.
"Vení, vení, canta conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Lio Messi, todos la vuelta vamos a dar", cantan y no dejan de cantar los más de 10 mil hinchas argentinos que desde temprano llegaron hasta el Ester Roa.
Están felices, claro: su selección jugó el mejor partido del certamen, acalló las críticas por falta de gol masacrando al hasta entonces sólido Paraguay y se metió en la final del torneo.
Por si fuera poco, la "Pulga" apareció como no había aparecido en canchas chilenas. No llegó a la red, pero fue decisivo en cinco de los seis goles.
Paraguay había tenido una Copa América de fantasía: remontó un 0-2 ante Argentina en la fase de grupos y, luego, borró a Brasil de los cuartos de final. Pero en la gélida noche penquista, y de nuevo ante los albiceletes, el equipo guaraní vivió 30 minutos de terror.
Primero recibió el gol de Marcos Rojo, en una jugada donde los albirrojos suelen ser infalibles, y después el de Javier Pastore, tras un pase milimétrico de Lionel Messi, que se despojó de las marcas y maniobró con todo el campo a favor.
Por si fuera poco, el equipo de Ramón Díaz perdió, por lesión, dos cartas importantes: Derlis González y Roque Santa Cruz.
En ese contexto, el once de Gerardo Martino se movía a voluntad. Y con una partitura bien definida: cuatro defensas, dos volantes centrales siempre bien posicionados, y de ahí en adelante libertad total, pero con Sergio Agüero como referencia en el ataque.
Paraguay, en tanto, desencajado. En shock. Al borde del KO.
Eso, hasta que la zaga trasandina rifó un balón, Bruno Valdez anticipó de cabeza y Lucas Barrios, con el arco en la mente, acortó la cuenta.
Pero lo que pudo suponer un segundo tiempo de miedo, de golpe a golpe, terminó en un tango. Una serie de toques dejó a Angel di María frente a frente a Justo Villar y no falló. Al rato, Lionel Messi tomó el pincel, dibujó el 4-1 y asunto liquidado.
Argentina va por el premio mayor. Y en el mismo escenario que, hace 14 años, la coronó como dueña de América.