Gonzalo Contreras

En las puertas de la ANFP, Luis Larraín, presidente de la UC, enfrentaba los micrófonos y las cámaras. A sus espaldas estaban Carlos Heller, presidente de la U; Aníbal Mosa, máxima autoridad de Colo Colo, y Jorge Lafrentz, timonel de Wanderers.

Pocos minutos atrás, en compañía de Leonidas Vial, segundo hombre en importancia en Blanco y Negro, habían terminado una reunión muy tensa con Sergio Jadue, presidente de la ANFP, y el resto de su directorio. En el encuentro abordaron la investigación de la Fiscalía de Nueva York, que en una de sus partes involucra recursos que fueron transferidos a las cuentas del organismo rector del fútbol nacional.

Los dueños de los tres clubes grandes escucharon primero la relación de hechos que hizo Jadue, en que dio cuenta del origen de los tres millones de dólares transferidos en partes iguales por Datisa, dueña de los derechos de TV de las próximas ediciones de la Copa América, y la Conmebol. Dichos montos, según la investigación estadounidense, corresponderían a sobornos.

A continuación, Larraín, convertido en el vocero del grupo, le planteó a Jadue la necesidad imperiosa de realizar auditorías externas, y crear una comisión especial, formada por profesionales ajenos al fútbol, para aclarar que pasó con los contratos de televisión, cuál fue el origen de los fondos y su destino.

Jadue se descompuso.

"La situación es extraordinariamente grave, y pedimos medidas que garanticen una transparencia absoluta. Solicitamos que se encarguen al menos dos auditorías. Una de carácter contable y financiero, y otra de carácter legal", relató Larraín. Y prosiguió: "La primera, para abordar los movimientos de platas entre la Conmebol, la empresa Datisa y sus accionistas, y todos los órganos del fútbol chileno: la ANFP, la Federación y la Organización de la Copa América".

Si bien nunca se planteó la posibilidad de pedirle la renuncia públicamente, Jadue aceptó que las medidas propuestas sean votadas en el Consejo de Presidentes del próximo jueves. "No le quedó otra", afirmó un asistente al encuentro.

Lo que más desencajó al dirigente calerano fue que la comisión ad hoc fuera formada por personas ajenas a la esfera del balompié.

Según Larraín, esa comisión deberá supervisar también una "auditoría legal para que estudie en detalle el informe de la Fiscalía de EE.UU. sobre corrupción en la FIFA y la Conmebol, y que recomiende acciones y diligencias".

Mosa, en tanto, fue enfático. "Obvio que estamos muy preocupados", sostuvo.

"Esperamos que los clubes apoyen estas medidas", cerró Larraín.

El Consejo tiene la palabra.