M. Toro y corresponsales

En Chañaral, Tierra Amarilla, Copiapó, Diego de Almagro y Alto del Carmen, los vecinos aún intentan volver a la normalidad. Han pasado poco más de dos meses de los aluviones que destrozaron sus hogares, y hace muy poco sus niños regresaron al colegio. Por lo mismo, en esas comunas de la Región de Atacama los profesores ayer hicieron clases, y no se sumaron al paro indefinido que desde temprano se extendió por el resto del país.

En las cuatro comunas de la III Región que no se vieron afectadas por la catástrofe, el 98% de los docentes sí se sumaron a las movilizaciones, que se hicieron visibles con marchas en varias ciudades y que en Santiago reunieron a más de 2.500 personas.

Con duras críticas al proyecto de ley de carrera docente y exigiendo diálogo al Mineduc, el Colegio de Profesores cumplió la amenaza que hace varias semanas había hecho. Según ellos, el paro tuvo una adhesión de 90%, mientras que el Gobierno cifró en 59 el porcentaje de colegios afectados.

De todas maneras, son miles los niños que están viendo interrumpidas sus clases, lo que generó el rechazo de la subsecretaria de Educación, parlamentarios y los alcaldes. Todos coincidieron en que esto solo perjudica la educación pública.

"Durante los últimos dos años hemos hecho tremendos esfuerzos que se concretaron el año pasado, cuando perdimos el 1% de la matrícula, mientras que antes veníamos cayendo entre 5 y 7%. Es la primera vez que ocurre, pero si el paro se prolonga, la credibilidad en torno a una nueva educación pública de calidad y con responsabilidad se pierde", afirmó el encargado de Educación de la Asociación de Municipalidades, Gonzalo Navarrete.

El alcalde dijo que entiende que los docentes tengan reparos al proyecto -de hecho, él ayer planteó los suyos en el Congreso-, pero enfatizó que "este no puede ser hecho a imagen y semejanza de lo que el Colegio de Profesores quiere".

¿Qué reclaman los maestros? Tres puntos en particular: "El proceso de certificación, que es el más importante porque es el eje clave de la reforma; las remuneraciones, y también el tema del encasillamiento y el ingreso a la carrera", enumeró ayer el presidente del gremio, Jaime Gajardo.

A juicio del magisterio, el problema del proyecto es que se basa en pruebas para entrar y avanzar por tramos (vinculados a sueldos), lo que se suma a leyes existentes que tienen la evaluación docente y la posibilidad de que directores desvinculen a los maestros mal evaluados. "Claramente es agobio, estrés, presión", dijo Gajardo, quien pidió retomar el diálogo y acusó al Gobierno de buscar el "desgaste" de los maestros en sus protestas.

"En ningún caso el Gobierno está usando esa estrategia. Siempre hemos mantenido una disposición al diálogo. Sin ir más lejos, la última reunión con los docentes fue el miércoles de la semana pasada", respondió la subsecretaria Valentina Quiroga. Recordó que, fruto de la "agenda corta", se les aumentó el ingreso mínimo, se creó un bono de incentivo al retiro para los maestros en edad de jubilar y se está pasando a condición titular a unos 30 mil maestros.

Quiroga enfatizó que el lugar para discutir sobre el proyecto ahora es el Congreso, y por ello llamó a usar esa instancia y terminar un paro "contraproducente contra el fortalecimiento de la educación pública".

Sin recuperación

En tanto, el alcalde Navarrete afirmó que por cada día de paro, un colegio pierde unos $20 millones en subvención, y que la Asociación de Municipalidades acordó descontar los sueldos de los maestros y no recuperar clases. "Cuando se ha devuelto el ingreso a los profesores en paro por recuperaciones, estas no ocurren. Ellos hacen como que hacen clases y los niños hacen como que van", denunció.