El Mercurio Deportes

En su cuarto día de reclusión en Requínoa, la selección chilena sumó a un 15° jugador: el lateral izquierdo Eugenio Mena, quien llegó luego de la eliminación de Cruzeiro de la Copa Libertadores. El "Chueco" se integra, mientras Felipe Gutiérrez hace lo imposible para recuperarse y estar entre los 23 finales.

La vida en la Sexta Región es tranquila. Son pasadas las 9:30 y la paz del sector de Santa Lucila, al lado de Requínoa, donde su ubica el Monasterio Celeste, se rompe con los gritos de Nicolás Diez, encargado de preparar a los sparrings en la cancha sintética. "¿Quedó claro cómo será la presión?", les grita a los jugadores, que llegaron media hora antes al complejo.

Mientras los juveniles ensayan, los seleccionados desayunan. El menú es preparado por el cocinero particular de la Roja. Luego se van al gimnasio, y cerca de las 11:00 se juntan juveniles y adultos. Los más chicos muestran los ejercicios realizados, y llega el turno de que los estelares los practiquen.

Alrededor del predio, dos funcionarios de Carabineros hacen rondas en motocicletas, mientras guardias contratados por la ANFP dan vueltas por la cancha y las paredes que resguardan el recinto. En todo caso, muchos vigilantes se distraen mirando a los jugadores, mientras Sampaoli y Sebastián Beccacece dan indicaciones.

De pronto, lo indeseable: un dron de TVN se eleva sobre las canchas y graba imágenes del entrenamiento, que se interrumpe por órdenes de Sampaoli. Pablo Hoffman, gerente de O'Higgins, anunció que recurrirá a la justicia para denunciar el hecho, pero al DT parece no haberle moslestado mucho. "Justo coincidió con que estaba cambiado el ejercicio, así que aprovechó la detención para esperar que se fuera", dicen en la concentración. Igual hoy se reforzará la seguridad en torno a la Roja.

Los dueños de los terrenos aledaños evitan, en general, que curiosos entren a las prácticas, pero algunos hinchas se las arreglan, como cuatro adolescentes que el miércoles llegaron a metros de los seleccionados; pero al ser vistos por los guardias, arrancaron en medio de los almendros.

Las canchas están dibujadas a la medida del técnico. En medio de uno de los campos demarcó otro más pequeño, con cuadrados en sus vértices y un rectángulo en una banda. El diseño responde a uno de los ejercicios clave en el esquema: cuando el DT ordena una maniobra de ataque, el balón sí o sí debe estar en uno de esos cuadros, para que el delantero juegue el uno contra uno contra un lateral y busque sacar un centro para abrir las cerradas defensas que esperan en el Grupo A de la Copa. Y cuando practica la defensa, el objetivo es a la inversa, impedir que el delantero rival llegue a centrar, pues el juego aéreo es el punto débil de Chile.

La rutina

Quienes están en el complejo dicen que ha sido una semana tranquila: "Los jugadores están la mayoría del tiempo en sus habitaciones. Hay para jugar tenis de mesa y taca-taca, pero se ocupa poco. Se encierran, porque hace mucho frío o porque están cansados", acotan en el complejo.

El martes en la tarde no hubo entrenamiento, pero sí la filmación de un spot . Mientras eso ocurría, Sampaoli jugó tenis en la cancha sintética que hay en el Monasterio. "Perdió contra Jorge Desio, quedó algo picado", dice entre risas un testigo del duelo.

Ayer, el cuerpo técnico les dio un premio a los jugadores: el almuerzo no fue en el comedor, sino que pidió un asado al aire libre. Fue una actividad tranquila, sin la música fuerte que suele poner Gary Medel. Comieron lomo vetado, entraña, pollo y ensaladas. Luego hubo tarde libre y todos aprovecharon de descansar.

Ahí, cerca, un lugareño mira con desdén: "No los voy a mirar. ¿Para qué? Quiero verlos en la cancha, saber qué tanto juegan. No los molesto, para que después no salgan diciendo 'no estaban dadas las condiciones'. ¿Se ha fijado que siempre dicen eso?".