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RenovarNoticias
Jueves 28 de mayo de 2015
La FIFA vive el escándalo más grande de corrupción en su historia en la víspera de una nueva elección presidencial
Siete dirigentes fueron arrestados en un hotel de Zúrich, a dos días de la realización del Comité Ejecutivo del organismo en el que Joseph Blatter buscará la reelección, y se definirán los cupos por continente a los mundiales de 2018 y 2022.
El Mercurio Deportes
Utilizando sábanas para evitar ser fotografiados, siete altos dirigentes de la FIFA protagonizaron, en la madrugada del miércoles, en Zúrich, uno de los más grandes escándalos del deporte mundial. A dos días de la realización del Comité Ejecutivo en el que Joseph Blatter busca una nueva reelección y se decidirá la distribución de los cupos de las confederaciones para Rusia 2018 y Qatar 2022, el grupo de directivos fue arrestado como consecuencia de una investigación realizada por la justicia de Estados Unidos. Además, hay otros dos personeros y cinco ejecutivos de empresas de márketing deportivo con orden de detención, acusados de actos de corrupción durante "años y años".
Los cargos contra los detenidos
El esquema de sobornos (ver infografía) denunciado por la fiscal Loretta Lynch operó a la hora de vender los derechos de televisión y márketing para los torneos de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y la de Norte y Centroamérica (Concacaf), como Copa América, Copa Libertadores, Copa de Oro y Concachampions. Las empresas -Traffic, Full Play y Torneos- aseguraban la exclusividad pagando sobornos a los dirigentes, para luego negociar con las cadenas de TV y los auspiciadores, subiendo los precios para maximizar las ganancias.
Los arrestados son el uruguayo Eugenio Figueredo, el brasileño José María Marín, el venezolano Rafael Esquivel, el costarricense Eduardo Li, el nicaragüense Julio Rocha, el presidente de la Concacaf, Jeffrey Webb (de las Islas Caimán), y el inglés Costas Takkas, asesor de la Concacaf. Se salvó por ahora el paraguayo Nicolás Leoz, internado en una clínica en Asunción, pero Estados Unidos pidió su arresto y extradición, mientras que el trinitense Jack Warner se entregó en la tarde de ayer a las autoridades de su país y pagó una fianza de US$ 2,5 millones.
También se pide la detención de los empresarios Aaron Davidson, Alejandro Burzaco, José Lázaro Margulies, y Hugo y Mariano Jinkis. Estados Unidos pide la extradición de los 14 imputados.
"Este es el comienzo de nuestro esfuerzo, no el final", sostuvo Kelly Currie, procurador del distrito de Brooklyn. En total, son 47 cargos criminales contra los acusados, entre ellos los de corrupción, enriquecimiento ilícito, soborno, extorsión y lavado de dinero, por los que podrían recibir hasta 20 años de prisión.
Además de las detenciones, el FBI allanó las oficinas de la Concacaf en Miami, y se llevó computadores y documentos en cajas. Y la otra acusación de la investigación es la corrupción en dos elecciones: la de la sede del Mundial de 2010, asignado a Sudáfrica, y la presidencial de 2011, cuando triunfó Joseph Blatter. "Hubo compra de votos", dijo Lynch.
¿Por qué actúa Estados Unidos?
La intervención de Estados Unidos se sustenta en dos puntos: por una parte, la Concacaf y Traffic tienen sede en Miami; y por otra, el dinero fraudulento pasó por bancos de ese país.
Por eso, luego del requerimiento norteamericano, seis funcionarios de la policía suiza vestidos de civil llegaron al hotel Baur au Lac de Zurich. Fue el paso más importante, hasta el momento, de la investigación que realiza la fiscalía del distrito Este de Nueva York desde 1990, y que indaga operaciones irregulares por más de 150 millones de dólares.
Suiza y Estados Unidos mantienen un convenio de extradición. La Oficina Federal de Justicia helvética interrogará a los detenidos y debe tramitar su traslado. Si los acusados se oponen, la fiscalía norteamericana tiene un plazo de 40 días para presentar una solicitud formal de extradición. Eso sí, el país europeo tradicionalmente es reacio a concretar este trámite. Un caso emblemático, por ejemplo, es el del cineasta francopolaco Roman Polanski, requerido desde 1997 sin éxito.
La FIFA pide normalidad
"Como parte afectada, la FIFA coopera plenamente en el marco de las acciones emprendidas por las autoridades suizas. Resulta satisfactorio que la investigación se realice de manera resuelta por el bien del fútbol. Acogemos con satisfacción las medidas para contribuir a erradicar del fútbol todo acto delictivo", afirmó el ente rector del fútbol mundial a través de un comunicado. En Zúrich se llamó a la calma: la elección fijada para mañana se mantendrá tal como estaba programada, con Joseph Blatter como favorito para extender el mandato que inició en 1998. Walter de Gregorio, vocero de la FIFA, fue contundente: "El presidente no está implicado, ¿cómo puede usted decir que tiene que dimitir? Es el presidente, si sale reelegido lo será por los próximos cuatro años".
Utilizando sábanas para evitar ser fotografiados, siete altos dirigentes de la FIFA protagonizaron, en la madrugada del miércoles, en Zúrich, uno de los más grandes escándalos del deporte mundial. A dos días de la realización del Comité Ejecutivo en el que Joseph Blatter busca una nueva reelección y se decidirá la distribución de los cupos de las confederaciones para Rusia 2018 y Qatar 2022, el grupo de directivos fue arrestado como consecuencia de una investigación realizada por la justicia de Estados Unidos. Además, hay otros dos personeros y cinco ejecutivos de empresas de márketing deportivo con orden de detención, acusados de actos de corrupción durante "años y años".
Los cargos contra los detenidos
El esquema de sobornos (ver infografía) denunciado por la fiscal Loretta Lynch operó a la hora de vender los derechos de televisión y márketing para los torneos de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y la de Norte y Centroamérica (Concacaf), como Copa América, Copa Libertadores, Copa de Oro y Concachampions. Las empresas -Traffic, Full Play y Torneos- aseguraban la exclusividad pagando sobornos a los dirigentes, para luego negociar con las cadenas de TV y los auspiciadores, subiendo los precios para maximizar las ganancias.
Los arrestados son el uruguayo Eugenio Figueredo, el brasileño José María Marín, el venezolano Rafael Esquivel, el costarricense Eduardo Li, el nicaragüense Julio Rocha, el presidente de la Concacaf, Jeffrey Webb (de las Islas Caimán), y el inglés Costas Takkas, asesor de la Concacaf. Se salvó por ahora el paraguayo Nicolás Leoz, internado en una clínica en Asunción, pero Estados Unidos pidió su arresto y extradición, mientras que el trinitense Jack Warner se entregó en la tarde de ayer a las autoridades de su país y pagó una fianza de US$ 2,5 millones.
También se pide la detención de los empresarios Aaron Davidson, Alejandro Burzaco, José Lázaro Margulies, y Hugo y Mariano Jinkis. Estados Unidos pide la extradición de los 14 imputados.
"Este es el comienzo de nuestro esfuerzo, no el final", sostuvo Kelly Currie, procurador del distrito de Brooklyn. En total, son 47 cargos criminales contra los acusados, entre ellos los de corrupción, enriquecimiento ilícito, soborno, extorsión y lavado de dinero, por los que podrían recibir hasta 20 años de prisión.
Además de las detenciones, el FBI allanó las oficinas de la Concacaf en Miami, y se llevó computadores y documentos en cajas. Y la otra acusación de la investigación es la corrupción en dos elecciones: la de la sede del Mundial de 2010, asignado a Sudáfrica, y la presidencial de 2011, cuando triunfó Joseph Blatter. "Hubo compra de votos", dijo Lynch.
¿Por qué actúa Estados Unidos?
La intervención de Estados Unidos se sustenta en dos puntos: por una parte, la Concacaf y Traffic tienen sede en Miami; y por otra, el dinero fraudulento pasó por bancos de ese país.
Por eso, luego del requerimiento norteamericano, seis funcionarios de la policía suiza vestidos de civil llegaron al hotel Baur au Lac de Zurich. Fue el paso más importante, hasta el momento, de la investigación que realiza la fiscalía del distrito Este de Nueva York desde 1990, y que indaga operaciones irregulares por más de 150 millones de dólares.
Suiza y Estados Unidos mantienen un convenio de extradición. La Oficina Federal de Justicia helvética interrogará a los detenidos y debe tramitar su traslado. Si los acusados se oponen, la fiscalía norteamericana tiene un plazo de 40 días para presentar una solicitud formal de extradición. Eso sí, el país europeo tradicionalmente es reacio a concretar este trámite. Un caso emblemático, por ejemplo, es el del cineasta francopolaco Roman Polanski, requerido desde 1997 sin éxito.
La FIFA pide normalidad
"Como parte afectada, la FIFA coopera plenamente en el marco de las acciones emprendidas por las autoridades suizas. Resulta satisfactorio que la investigación se realice de manera resuelta por el bien del fútbol. Acogemos con satisfacción las medidas para contribuir a erradicar del fútbol todo acto delictivo", afirmó el ente rector del fútbol mundial a través de un comunicado. En Zúrich se llamó a la calma: la elección fijada para mañana se mantendrá tal como estaba programada, con Joseph Blatter como favorito para extender el mandato que inició en 1998. Walter de Gregorio, vocero de la FIFA, fue contundente: "El presidente no está implicado, ¿cómo puede usted decir que tiene que dimitir? Es el presidente, si sale reelegido lo será por los próximos cuatro años".
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