Equipo de Crónica

Tres manifestaciones están programadas para hoy en Santiago. La primera es una marcha convocada por los secundarios de la ACES para las 10:00 horas y que irá de Los Héroes al Ministerio de Educación. La segunda es una concentración, que se realizará a las 11:00 horas en Plaza Italia, y que fue citada por los escolares agrupados en la Cones. Y la tercera es una marcha de los universitarios de la Confech, programada para las 20:00 horas, desde Plaza Italia hasta República.

Ante esto, las autoridades temen que ocurran hechos de violencia, sobre todo en la primera marcha, la única cita que no está autorizada. La preocupación es mayor considerando el ambiente que habría entre los estudiantes por el actuar de Carabineros en la marcha del 21 de mayo, donde el joven Rodrigo Avilés terminó en coma tras un incidente que involucró a un carro lanzagua.

Por ello, Carabineros instruyó a los cerca de 700 efectivos de las dotaciones de control del orden público a actuar hoy con "máxima precaución y prudencia extrema", dándoles como tarea principal -explican altas fuentes de la institución- conducir y vigilar el desplazamiento de las marchas.

Además, los vehículos de disuasión estarán presentes, pero a distancia con el objetivo de evitar cualquier "gesto" que se interprete como provocación. En caso de producirse saqueos o lesionados, aislarán los sitios afectados, en la medida en que se pueda, mediante acciones que no generen una mayor efervescencia.

Los convocantes también están preocupados por posibles roces con la policía. La vocera de la Confech, Marta Matamala, explicó que los universitarios tendrán controles iniciales, pero que "hay cosas que exceden nuestra capacidad" y que corresponde ver a la policía, por lo que les pidió que su labor sea "preventiva y no agresiva".

"Nos llama la atención que Carabineros muchas veces en las marchas empieza a hostigar, cortan el recorrido o tiran agua", explicó.

Los vecinos y locatarios de la Alameda también se mostraron inquietos ante el desarrollo de la jornada. De hecho, muchos asumían ayer que las protestas perjudicarán notablemente las ventas, así que varios dijeron que ni siquiera pensaban abrir hoy sus locales.

A esto se sumaron las críticas de varios comerciantes por la decisión de la intendencia de autorizar la marcha de la tarde por la vía principal de la capital. "No nos oponemos a las marchas o a que los jóvenes se expresen, pero estamos realmente cansados de que seamos nosotros quienes tengamos que pagar las consecuencias siempre", dijo Zacarías Alarcón, dueño del emblemático restaurante "Donde Zacarías" y representante de los comerciantes del Barrio Dieciocho.

El representante gremial cree que se debería definir otros puntos de protesta con menos riesgo para el funcionamiento de la ciudad. Por ello, la próxima semana pedirá una reunión con el intendente Claudio Orrego para abordar el tema.

"Los violentistas no se dan cuenta de que quienes más sufren por las marchas somos nosotros, los trabajadores", afirmó el dueño de un local de comida cerca de La Moneda y que cerrará su negocio por hoy.

Además, varios edificios públicos comenzaron ayer a asegurar sus accesos, y otros lugares suspendieron sus actividades, como la galería Gabriela Mistral, donde se canceló la inauguración de una muestra artística.