Uno de los lugares más emblemáticos de la comuna de Las Condes, como es el parque de Los Dominicos, se encuentra en estado de abandono debido a las dificultades que han encontrado -tanto entre los vecinos como en los organismos correspondientes- los diversos proyectos de mejoramiento que el municipio ha presentado.

El valor patrimonial de la antigua iglesia y del adyacente pueblo artesanal -ambos insertos en el parque de siete hectáreas- derivó en la categorización del sector como "zona típica" en 1983, condición que obliga a la aprobación por parte del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) de toda iniciativa de remodelación que afecte su entorno.

Dicho consejo, dependiente del Ministerio de Educación, es una entidad colegiada que sesiona una vez al mes, integrada por representantes de instituciones públicas y privadas, en la que participan expertos, académicos y profesionales. Si bien últimamente el organismo dispone de mayores recursos, su presupuesto sigue siendo exiguo y cuenta con escaso personal, pese a que su ámbito de acción se ha expandido. La creación de comisiones de expertos debiera de traducirse en mayor agilidad en su capacidad resolutiva, pero la permanente rotación de personas -de hecho, el cargo de secretario ejecutivo se encuentra en situación de subrogación- afecta el seguimiento de los casos presentados, entrampando el desarrollo de proyectos como el mencionado.

La llegada del metro a Los Dominicos, con el explosivo aumento del flujo de personas, el incremento del tráfico en torno a la plaza y la demanda por estacionamientos, hace necesaria -de acuerdo con la autoridad edilicia- la remodelación de los espacios y de las áreas verdes. Sin embargo, el proyecto presentado y sometido a consulta por la municipalidad en 2011 fue rechazado por el 80 por ciento de los vecinos. Desde entonces, varias visiones se han enfrentado, expresándose tanto en el concejo municipal como en las diversas juntas de vecinos.

Se planteó, entonces, la constitución de una mesa técnica, de manera de considerar las necesidades de los artesanos, de los feligreses que asisten a la iglesia y de los habitantes del sector. Como resultado, se consiguió el diseño de un proyecto consensuado, pero que no pudo materializarse por no contar con la necesaria autorización del Consejo de Monumentos Nacionales. De acuerdo con el alcalde Francisco de la Maza, hasta la fecha se han enviado tres documentos al organismo respectivo, sin recibir respuesta alguna. El edil acusa a la entidad de "abandono de deberes".

La situación del parque Los Dominicos plantea la inquietud respecto de la agilidad resolutiva de uno de los organismos vitales en el resguardo de nuestro patrimonio. El hecho de categorizar un inmueble o un sector como "zona típica" debiera traducirse en el respaldo correspondiente para su preservación, apoyando oportunamente el desarrollo de proyectos para su permanente mejoramiento y conservación. La inserción de las zonas patrimoniales dentro de una planificación urbana actualizada -que contemple su cuidado y a la vez el aprovechamiento de los espacios por parte de los vecinos- parece la mejor manera de potenciar su valor cultural.