La Presidenta en su discurso el jueves habló del país para los nietos. Justo cuando uno cree que su tarea está lista aparecen estas cabecitas.
¿Qué harán de sus vidas? ¿Está para ellos el país?
Como ocurrió con mis hijos, con estos me siento ansioso.
Me preocupan especialmente los nietos de 15, 16, 17 y 18. Futuro de país.
Me acuerdo cuando a los 17 yo no sabía qué hacer, y un orientador vocacional me dejó igual de despistado cuando me dijo que eligiera lo que quisiera. Hoy hay más herramientas para ubicarse.
Cuando me conecto al sitio www.educarchile.cl y busco "vocación" encuentro una serie de videos que ayudan en el proceso de decidirse. El primero muestra un proceso de cinco pasos. Está en http://goo.gl/iDcJOU
Y educarchile apunta a otros sitios más: www.mifuturo.cl, www.orientachile.cl, www.universia.cl.
El sitio "Mi futuro" es cáustico: muestra la empleabilidad y los sueldos de los profesionales por carrera. A mí no me hubiera preocupado eso cuando joven. Me preocupa hoy, de viejo experimentado.
Cuando niño, uno de mis hijos quería ser carabinero en moto. Luego él consiguió, como todos mis hijos, estudiar lo que eligió a los 17. Eligieron rápido. En cambio a mí me costó el tema, y solo a los 22 entré a Periodismo.
Mi papá, profesor de Derecho en la Universidad Católica, no lo podía creer. Él quería que siguiera sus pasos. Tal como yo hoy miro a mis nietos y quisiera que al menos siguieran algunos de mis pasos.
Que escriban, por ejemplo. Que cuiden la caligrafía para que se den a entender, tal como los jóvenes estadounidenses. Que escriban, alguna vez, una carta de amor en papel.
Que lean, que no se pierdan a Dickens, a Dostoievski, a Cortázar, a Neruda, a Thornton Wilder, que me gusta tanto. Algo de Aristóteles...
Que escuchen "Pedrito y el lobo" con atención: fue lo primero que me enseñó Luis Gastón Soublette, y me abrió el corazón.
Que mediten, que recen si creen, que se abran a mundos más allá de la cotidianidad, por intensa que sea.
Me cuesta comprender que mis nietos no palpiten tal como yo.
El mundo está tan distinto. Tal como a mi padre no le entraba el ámbito laboral del periodismo, a mí no me entraba el de la ornitología, hasta que lo conocí en una nuera.
Mis nietos... quizás cuáles territorios abrirán; algunos, nuevos; otros, eternos.
Pueden buscar en la internet, cosa buena. Pueden incluso seguir algunos cursos de sus posibles carreras por la red y ver si les entusiasma.
Las universidades y centros de formación técnica abren sus puertas físicas a los secundarios. Hasta los laboratorios más complejos, como el Centro de Microscopia Avanzada de la Universidad de Concepción, se explican con gusto.
Más a su disposición de lo que yo tuve.
El mundo es tan rápido. Los nietos crecen de súbito. Tan rápidos para el mundo.